La Nación del Viento era una potencia de clase mundial. Aunque su economía había debilitado en las últimas décadas, su nivel científico y tecnológico y su fuerza militar aún lideraban el mundo.
Además, el régimen de la nación del viento era estable. No había fuerzas armadas locales o fuerzas rebeldes, y era imposible que ocurrieran problemas internos.
Además, mientras una nación fuerte y estable como la nación ventosa no se convirtiera en la policía del mundo y causara problemas en todas partes, no crearía enemigos externos, y mucho menos provocaría a organizaciones terroristas.
Lo único que podía causar caos en la nación ventosa eran sus propios asuntos internos, como las protestas y manifestaciones desencadenadas por ciertas políticas o eventos.
Simplemente algunos criminales no tenían la capacidad de crear caos en una ciudad.