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Aunque Adam parecía tener una sonrisa gentil e inofensiva, Cheyenne no era una chica simple e ignorante que acababa de entrar en la sociedad. Era una mujer capaz que había fundado sola la Corporación Brilliance y la había desarrollado hasta su escala actual.
Podía darse cuenta de un vistazo que Will y Adam solo estaban escenificando un acto donde uno de ellos hacía de bueno y el otro de malo.
Además, no quería entablar amistad con el hombre frente a ella que parecía tener intenciones ocultas hacia ella.
—No te conozco, y no quiero conocerte. ¡Podemos olvidarnos de ser amigos! Por favor, deja de molestarme. Si continúas impidiéndome el paso, llamaré a la seguridad del aeropuerto —dijo Cheyenne fríamente con una mirada hosca en su rostro.
—¡Ja, no me estás mostrando ningún respeto! —La sonrisa en la cara de Adam desapareció de repente, revelando un ceño fruncido mientras miraba a Cheyenne de manera siniestra.
