—De hecho, la patada de Jordan de antes ya fue clemente —dijo el narrador—. De lo contrario, con su potente patada capaz de romper piedra, si hubiera acertado a Shane, habría muerto terriblemente.
Shane escupió un bocado de sangre y se levantó del suelo con dificultad. La mayoría de las cadenas y accesorios en su cuerpo se habían caído, y había una gran huella de pie muy visible en su camisa en la zona del pecho.
—Bastardo... ¿c-cómo te atreves a patearme? —murmuró Shane con resentimiento.
Sus ojos estaban abiertos de incredulidad mientras miraba a Jordan y Lucas.
—¿Y qué si te pateé? ¿Qué crees que eres? ¡Ya estoy siendo misericordioso al no matarte en el acto por atreverte a hacerte el valiente con Lucas! —dijo Jordan fríamente, con los ojos llenos de intención asesina.
