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En el momento en que escuchó su voz, Pamela se sorprendió porque ¡tenía un acento con el que estaba familiarizada!
Mientras enfrentaba una crisis en un pueblo fronterizo lejos de casa, de repente escuchó la voz de un compatriota. ¡Casi hizo que Pamela estallara en lágrimas!
—¿Quién está ahí? —el líder de la banda inmediatamente levantó la cabeza y buscó furioso al dueño de la voz.
Los otros hombres fornidos alzaron sus armas y buscaron a personas sospechosas.
En ese momento, Pamela, que estaba tendida en el suelo, abrió los ojos en shock. Una figura con uniforme militar de camuflaje saltó de un árbol de más de diez metros de altura junto a ella y aterrizó a su lado como un dios que descendía.
Esa persona era naturalmente Lucas.
A pesar de que saltó desde una posición elevada, la caída fue silenciosa y ni siquiera el polvo en el suelo se levantó en absoluto. Sus movimientos eran tan ágiles como los de un gato.
