Lógicamente hablando, la repentina aparición de la madre biológica de Cheyenne era definitivamente una buena noticia, especialmente porque Cheyenne se había sentido extremadamente insegura después de saber que Karen no era su madre biológica y que los Carters la habían adoptado.
A pesar de que William y Charlotte ambos decían que habían considerado a Cheyenne como parte de su familia desde hace mucho tiempo y no cambiaron la forma en la que interactuaban con ella, Cheyenne todavía se sentía confundida.
Lucas podía entender la sensación de alguien que no sabe de dónde viene y por qué había sido abandonado, vagando sin poder encontrar sus raíces.
¡Si Cheyenne supiera que su madre biológica había aparecido, definitivamente estallaría en lágrimas de felicidad!
Pero Florence era realmente tan mercenaria.
Tener una madre adoptiva arrogante que la explotaba todo el tiempo ya había hecho a Cheyenne muy miserable.
