La voz llamó inmediatamente la atención de todos mientras miraban.
En la entrada de la Mansión Kingston, un anciano que también estaba en sus setentas pero aún era alto y robusto caminaba lentamente con una joven y bonita mujer en sus veinte años.
—Sr. Cole... ¿qué le trae por aquí? —Lance le dirigió una mirada furiosa, su expresión se volvió aún más hostil que antes.
¡El que llegó no era otro que Edmund Cole, uno de los gigantes más importantes en San Francisco!
Y la joven y hermosa mujer a su lado era naturalmente su nieta Alexis.
Aunque los Kingston y los Cole eran ambas familias punteras en San Francisco, los Kingston siempre habían sido algo inferiores a los Cole. Solo lograron hacerles frente a los Cole con la ayuda de los Huttons hace dos años.
Lance y Edmund no se llevaban muy bien el uno con el otro. Y de hecho, había una fuerte tensión entre ellos cada vez que se encontraban.
