Pero Lucas ignoró a Chris y en cambio miró a Sharon, que estaba envuelta apretadamente en la sábana. Dijo fríamente:
—¡Llama a James Wilson ahora y haz que venga aquí de inmediato!
Un rastro de pánico evidente apareció de inmediato en la cara regordeta de Sharon. Lo último que haría sería dejar que su esposo se enterara de su aventura ilícita con Chris. ¿Por qué iba a llamarlo para que viniera aquí?
Con una expresión maliciosa, gritó con voz aguda:
—¡Chris, rápido, mátalo!
Chris también estaba receloso y lleno de intención asesina hacia Lucas. De repente sacó la mano debajo de la almohada. En su mano había una brillante pistola negra apuntando a Lucas.
Lucas no se sorprendió en absoluto por su acción, porque cuando vio a Chris meter la mano debajo de la almohada en silencio, ya sabía que Chris debía haber escondido algo debajo de ella. Podía saber lo que era sin siquiera adivinarlo.
