Si tan solo hubieran sido subordinados ordinarios o incluso sicarios de renombre internacional, Lucas no tendría miedo.
Pero claramente eran guerreros suicidas, lo que hacía que Lucas se sintiera incómodo.
La razón por la que se llamaban guerreros suicidas era porque estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para alcanzar sus metas. No les importaba nada más, y tampoco tenían un límite.
No se detendrían ante nada para lograr sus objetivos.
Además, una vez que los guerreros suicidas que escondían veneno en sus bocas eran capturados o se encontraban en una situación desfavorable, inmediatamente mordían la cápsula venenosa y terminaban con sus propias vidas, haciendo imposible descubrir quién los había enviado.
Lucas no tenía miedo de los guerreros suicidas, ¿pero qué hay de las personas a su alrededor?
Si los guerreros suicidas apuntaban a su familia después de fallar en matarlo, Cheyenne, Charlotte, Amelia y William no tendrían forma de enfrentarse a estas personas.
