Lucas hizo esa pregunta monótonamente, sus emociones eran inescrutables.
Sin embargo, cuando Wilson lo escuchó, se asustó tanto que se quedó sin alma.
Se apresuró a sacudir la cabeza como un tambor de cascabeles y negó. —No, no, no, ¡no me atrevería! Solo estaba bromeando. ¡Eh, solo bromeaba! ¡Definitivamente no me atrevería!
—Ah, ¿en serio? Hace un momento también dijiste que querías romperme un brazo y una pierna, ¿no? —Lucas miró a Wilson.
Wilson rompió a sudar frío y deseó poder abofetearse a sí mismo. —Me gusta decir tonterías. ¡No lo tomes en serio!
Viendo lo aterrorizado que estaba Wilson, Charlotte se sorprendió y sintió un gran alivio. Robó una mirada a Lucas y miró discretamente su mano que él sostenía. Su corazón estaba lleno de felicidad y un fuerte sentido de orgullo.
—Bueno, tu esposa acaba de golpear a mi cuñada y a mi suegra e incluso le arrebató su pulsera. ¿Qué vas a hacer al respecto?