Él angel abandonó el paraíso por un amor que lo complementaba.
Él culpable de su caída fue el hereje recién convertido.
Él tenía una misión, era asesinarlo no enamorarse de él.
¿Cómo sucedió?
— ¿Qué planeas hacer?
— No lo sé, lo nuestro está prohibido. No soy tan valiente como mis hermanos.
Él hereje toca su mejilla
— Perdóname, es mi culpa.
Niega
— No es así, el amor es hermoso. Pero para los nuestros está prohibido.
Si su corazón latiera ya hubiese muerto de un infarto
— Es el fin, ¿No es así?
No hay respuesta
— Si 𝘱𝘪𝘦𝘳𝘥𝘦𝘴 𝘵𝘶 𝘰𝘣𝘫𝘦𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢, 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘭𝘦𝘤𝘦𝘳 𝘶𝘯𝘰 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰. 𝘕𝘰 𝘴𝘢𝘭𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘱𝘶𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘺 𝘳𝘦𝘯𝘶𝘯𝘤𝘪𝘦𝘴 𝘢 𝘭𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢.
Con un suspiro lastimero soltó su mejilla y dio unos pasos hacia atrás.
No quería verlo irse preferiría que su vida se terminará a tener que dejarlo ir.