Al escuchar sus palabras, Feng Yang sonrió interiormente.
Aunque está explicación sería bastante aceptable para otros... él supo inmediatamente, por sus acciones, que ella le estaba mintiendo.
¡Ella había asesinado a otra persona para obtener tal perla de cultivo!
Pero como ella no lo quería aceptar... Feng Yang simplemente fingió creerle y le siguió el juego.
Luego de hablar por alrededor de una hora.
Después de limpiar la sangre en ella y comer algunos platillos que el propio Feng Yang había preparado, Hong Tian se despidió de Feng Yang y se recostó a su lado para dormir.
"Por sus palabras... al parecer Hong Tian necesita dormir para cambiar de lugar con Ming Yue." Sonrió Feng Yang mientras miraba con apreció a Hong Tian que dormía a su lado, apoyándose en él.
Luego de unos minutos, el cabello blanco como la nieve de Hong Tian se fue volviendo rápidamente negro azabache...
Poco después, se volvió completamente negro azabache.
"Oh ~~ Yue'er ya ha regresado a la normalidad..." Susurro interiormente Feng Yang mientras calculaba en su corazón cuanto tiempo había tomado el que cambiaran.
"¿Hm...? Tú eres..."
"¿Tianshi, cuando regresaste?" Ming Yue despertó y preguntó mientras abría sus ojos con grata sorpresa.
"Hace no mucho, al regresar te vi inconsciente en el suelo y me senté a tu lado para cuidar de ti, hasta que despertaras." Respondió Feng Yang mientras le acariciaba la cabeza, como si ella fuera una pequeña niña.
Al escuchar las palabras de Feng Yang, Ming Yue sintió calidez en su corazón... pero se sintió aún mas confundida. No entendía cómo de repente mientras hablaba con aquella cultivadora... se había quedado inconsciente.
"Tianshi... ¿Dónde esta la compañera daoista Lin que estaba frente a mí antes de que me quedara inconsciente?" Pregunto Ming Yue con curiosidad.
Se sentía realmente confundida...
Al escuchar sus palabras, los pensamientos de Feng Yang se movieron a la velocidad del rayo.
"La compañera daoista Lin... cuando yo llegué ya no estaba aquí, por lo que tal vez se fue antes de que yo llegará." Respondió Feng Yang mientras sonreía.
Por las palabras de Ming Yue y los anteriores indicios que demostraban que Hong Tian parecía haber matado a alguien, Feng Yang dedujo rápidamente que la llamada compañera daoista Lin había sido la desafortunada víctima.
"No puede ser que luego de que yo desapareciera y fuera llevado al Mundo Sellado Rojo Púrpura, Hong Tian se descontrolara por algún motivo y matará a la llamada cultivadora Lin... ¿verdad...?" Sé preguntó interiormente Feng Yang.
No sabía claramente cuál había sido la razón detrás de tal acción... pero era innegable que Hong Tian había asesinado a alguien y ese alguien era muy probablemente la compañera daoista Lin a la que se refería Ming Yue.
"Mm, tienes razón, tal vez eso sucedió." Asintió Ming Yue mientras miraba apagadamente a Feng Yang.
Mientras lo miraba, la mejora en el cultivo de Feng Yang llamó su atención, pero la posición del brazo izquierdo de Feng Yang llamó aún más su atención...
Sus apagados y desolados ojos azules se llenaron de conmoción y tristeza al ver la vacía manga izquierda de la túnica de Feng Yang.
Sus ojos se llenaron de angustia y al mirar al sonriente Feng Yang, el corazón de Ming Yue comenzó a doler.
"Tianshi..." Susurro Ming Yue mientras miraba a Feng Yang con lástima, no podía entender cómo a pesar de seguramente haber sufrido tanto al perder uno de sus brazos, seguía siendo el mismo sonriente chico que conoció el primer día.
Al notar la mirada llena de lástima y tristeza que tenía Ming Yue, Feng Yang solo se limitó a sonreír torpemente.
Al verlo actuar así, Ming Yue guardo silencio y lo abrazo como una niña mientras sollozaba en su pecho.
Se sentía realmente triste... no podía entender cómo la unica persona que la había cuidado y consolado todo esté tiempo en este mundo, ahora había sido herida por otros.
Realmente comenzó a sentir resentimiento en su corazón y por primera vez... comenzó a sentir que todos en este mundo estaban podridos y merecían ser castigados.
"Tranquila... no llores, no es nada... solo es una pequeña herida." Suspiro Feng Yang mientras acariciaba afectuosamemte la cabecita de Ming Yue.
"Una pequeña herida... Tianshi, ¿quién te hizo esto?". Ming Yue detuvo sus sollozos y miro seriamente a Feng Yang, mientras finas lágrimas cristalinas caían de sus ojos por sus mejillas. Su desolada mirada cubierta de frialdad difínitivamente causaría incomodidad en el corazón de cualquier ser vivo.
Al ver esa mirada tan fría y desolada, tan llena de hambres de venganza y odió, Feng Yang curvo levemente sus labios en una extraña sonrisa en su interior.
Ming Yue ya estaba comenzando a volverse tal cual como él lo deseaba...
"No te preocupes, difínitivamente me encontraré nuevamente con él... y en ese momento me aseguraré de hacerlo pagar por sus acciones." Respondió Feng Yang con una expresión solemne.
"Mm, difínitivamente lo haremos." Asintió firmemente Ming Yue.
Estaba completamente decidida a eliminar a cualquiera que dañara a las dos personas más importantes en su vida; aquéllas que la habían cuidado cuando estaba indefensa.
"Mm, también debemos de encargarnos del repugnante cultivador llamado Yang Feng." Recordó Feng Yang mientras asentía con seriedad.
Al escuchar sus palabras, Ming Yue asintió en silencio.
Mientras estaban sentados conversando, Feng Yang miró en dirección hacia su izquierda. Poniendose tranquilamente de pie y desenfundando la espada en su espalda.
Mientras Feng Yang miraba con frialdad en esa dirección, Ming Yue se sintió confundida y también se levantó junto a Feng Yang.
"Tianshi..."
"Quédate detrás de mí por el momento.". Feng Yang frunció el ceño mientras le hablaba a Ming Yue.
Porque al mirar hacia su izquierda, vio no muy lejos de ellos a tres figuras que los miraban con altivez. Eran dos hombres y una mujer vestidos con túnicas de un color morado oscuro.
El hombre al frente él cual parecía estarlos guiando, solto una risa áspera mientras miraba a Feng Yang y Ming Yue, principalmente al ver a ésta última la cual se mostraba indiferente en comparación con el alerta y serio Feng Yang.
Los dos hombres y la mujer se miraron entre sí y tácticamente se dispersaron, rodeando a Feng Yang y Ming Yue desdé tres puntos diferentes.
"¿Qué significa esto?" Feng Yang frunció el ceño y preguntó sombriamente. Mostrando estar bastante intranquilo y miedoso ante los tres recién llegados.
Aunque Ming Yue no entendía porqué Feng Yang actuaba así a pesar de estar en el segundo orden, guardo silencio y lentamente su expresión desolada e indiferente se cubrió de pánico.
Aunque no entendía la razón, era inteligente y rápidamente decidió seguirle el "juego" a Feng Yang.
"¡Hmph! ¿No puedes ver lo que significa esto? ¿Necesitamos darle un significado al objetivo de obtener perlas de cultivo?" Pregunto fríamente el hombre que parecía ser el líder del grupo de tres.
"Compañeros daoistas, sean más comprensibles con los demás. Si quieren perlas de cultivo, ¿por qué tomarnos entre nosotros, cultivadores de los Tres Continentes como objetivos?"
"¿No existen también las perlas de cultivo con sensibilidad...? Porqué avergonzarnos entre nosotros... cuál es la necesidad...". Feng Yang frunció el ceño y preguntó con una expresión sombría.
"Heh, esas perlas de cultivo con sensibilidad son una tontería. ¿No sabes qué cuando un cultivador de los Tres Continentes muere, de sus restos se condensa una perla de cultivo con una calidad un poco mayor al de las perlas de cultivo que existen desde hace décadas...? No solo eso, incluso el sistema del Reino Señor del Cielo nos otorga 15 puntos de méritos. Tales puntos de méritos difínitivamente seran útiles eventualmente, por eso queremos sus vidas!" Dijo con frialdad el segundo hombre en el grupo de tres.
Feng Yang todavía se negaba a rendirse y dijo: "Compañeros daoistas, ¿no están llendo simplemente demasiado lejos? Este joven es un discipulo de la Secta del Bosque Inmortal y si nos asesinas..."
"¿Y si te asesinó qué...? Si estuviéramos en los Tres Continentes, hubiera desconfiado un poco de sus orígenes desconocidos..."
"Pero aquí, en el Reino Secreto del Señor del Cielo... ¿Quién no sabe que incluso si tu secta tiene una forma de encontrar a tu asesino, aquí en el Reino Secreto del Señor del Cielo tales métodos no funcionan? ¡Nadie del exterior sabra quién te asesinó aquí dentro!" Se burló el líder del grupo de tres.
Al escuchar sus palabras, Feng Yang suspiro sintiendo que se había sacado una pesada carga de encima. No esperaba que este tipo le brindará una información tan útil.
En los Tres Continentes no faltaban los métodos que dejaban una marca similar a una maldición en uno luego de matar a alguien con un estatus relativamente alto. Si uno mataba a alguien con un estatus relativamente alto el cual tenía un metodo tan especial en su cuerpo y era marcado, la secta de tal persona podría identificar rápidamente al asesino de su discipulo una vez las dos partes estuvieran relativamente cerca.
Porque este método era como una marca de maldición inofensiva que se les implantaba a ciertos discípulos importantes, al ser asesinado la marca de maldición en esa persona cambiaría ligeramente y se transferiria al asesino.
Esta marca de maldición no era visible, pero una vez el asesino y algún miembro de la secta del asesinado se encontrarán, dicho miembro reconocería rápidamente al asesino y podría tomar venganza por el miembro de su fuerza.
Este método no era un secreto y todos los cultivadores del mundo eran conscientes de tal método utilizado por algunas de las grandes fuerzas.
Feng Yang naturalmente era consciente de ello y está se había vuelto su única preocupación a la hora de asesinar a alguien en este mundo.
Porque si mataba a varios jóvenes maestros, los cuales realmente no faltaban en este reino secreto, difínitivamente tendría a muchos enemigos en las sombras que tal vez un día decidirían ir a matarlo.
Aunque la marca se hacía visible ante los miembros de la secta del cultivador asesinado solamente cuando estaban a cierta distancia del asesino, difínitivamente no era una bendición el ser marcado por esa clase de marca.
Para el solitario Feng Yang ser marcado por esa clase de marca significaría tener que estar siempre alerta tienendo ojos hasta en la espalda.
Lo cual de cierta forma, lo agotaría porque tendría que estar en todo momento en guardia esperando una puñalada por la espalda.
Tal sentimiento de inseguridad a una persona ya de por sí desconfiada como lo era él, lo llevaría a un estado de desconfianza e inseguridad absoluta, lo cual podría llegar a afectar en gran medida sus acciones futuras y estabilidad mental, al sobrepensar demasiado al realizar cada una de sus acciones.