Después de perder a su madre a los diez años, Isaac ha pasado la mayor parte de los últimos cinco años saltando de escuela en escuela o corriendo por Londres y fingiendo que no era el tipo de niño bien educado que su padre había criado. Ahora, con todas sus posibilidades agotadas, Isaac es enviado a un prestigioso internado privado como último esfuerzo para limpiar su comportamiento. Allí conoce a las mismas personas que establecerán el resto de su vida y se ve obligado a enfrentar las piezas de sí mismo que durante mucho tiempo pensó que se habían perdido.