Chereads / Dragón Diamante de Luna / Chapter 6 - EPÍLOGO

Chapter 6 - EPÍLOGO

5

Los chicos siguieron el sendero de regreso haciendo una fila india y tras de ellos los seguía el Guardián manteniendo cierta distancia. 

Por ello, los chicos entraron en confianza y comenzaron a dialogar sobre su desempeño en las pruebas abiertamente. 

Max se encontraba especialmente distraído, pensando en lo que le había dicho el Guardián. Tenía una expresión bastante seria, que incluso Harry lo notó.

—Vamos amigo, anímate. —dijo pegándole un manotazo en la espalda. 

—Sí es por lo que te dijo el Guardián, no te preocupes. Solo debemos concentrarnos en mejorar nuestro control entrenando. Hoy logramos mucho.

—Tienes razón… Es todo un logro el que yo haya podido manifestar mi poder y tú que lo proyectaras. Deberemos entrenar duro para poder dominarlos como los demás.

—No será mucho problema ahora…

Esa pacífica conversación entre amigos fue interrumpida por la voz de cierta chica que iba tras de ellos y que los había estado escuchando desde el comienzo.

—Esforzarse no será suficiente. Ambos estuvieron entrenando juntos el último mes y ambos recibieron la misma observación por parte del Guardián. No creen que deberían entrenar por separado, se lastimarán si siguen así.

Marcus y Mía que iban delante de todos escucharon lo que dijo Cloe y se voltearon en seco para mirarla. Debido a esto la fila se detuvo, ya sea o no para observar la situación en cuestión. 

—¡¿Qué quieres decir con eso?! —dijo Harry confundido.

—Lo que quiero decir es que entrenan de forma ineficiente. No llegarán a nuestro nivel así.

Sus honestas, pero afiladas palabras abofetearon el rostro de Harry.

—¿Y eso que tiene que ver contigo? ¿No eres tú la mejor del grupo? ¿Te estás burlando de nosotros?

—Solo expongo los hechos. No importa cuánto se esfuercen, si entrenan de forma incorrecta no conseguirán nada. Y no, no me burlo de ustedes, me burlo de sus métodos fantasiosos.

Harry apretó los dientes con fuerza, no queriendo aceptar que la chica de piel morena parada de brazos cruzados frente a él tenía razón.

—Es por eso que deberían entrenar por separado que entre ustedes.

Al Guardián no parecía importarle en absoluto la discusión, solo estaba revisando los datos que había obtenido de la prueba.

A Neón y Zane tampoco parecía importarles, a pesar de estar tras de ellos, prefirieron concentrarse en otras cosas, otros pensamientos. 

Los únicos atentos eran el grupo de chicas conformado por Lisa. Las cuales no querían involucrarse y los gemelos, que prestaban especial atención a ello.

—Queda claro que ustedes sin control son una amenaza. —recalcó ella para finalizar.

Max que hasta entonces no dijo ni una palabra, objetó.

—Aunque eso fuera cierto, tarde o temprano encontraremos lo que hace falta para controlar nuestro poder. Independientemente de sí entrenemos o no juntos. Juntos se nos ocurrirán ideas que nos llevarán más rápido a la respuesta. Es más eficiente.

—Eso puede ser cierto, pero para cuando lo logren se habrán quedado atrás. No todos aprenden de la misma manera. Es más rápido solos.

Max inclinó la cabeza preguntándose por qué tanta insistencia. Si solo quisiera ser tan cortante como siempre, hubiera soltado la bomba y barrido con ellos cual muralla blindada. 

Había algo en sus acciones que hacían que Max pensara que había algo más.

Lisa que estaba observando trató de involucrarse en la discusión, pero antes de que pudiera hacer algo, Cloe prosiguió.

—Si crees que no estoy en lo correcto entonces enfréntame. Enfréntame y demuestra que estoy equivocada ¿O piensas rendirte? Si lo haces significa que tus palabras de "esforzarse" no tienen ningún valor.

—¡Te enfrentaré!

Marcus y Mía dieron un paso, pero antes de que pudieran detenerlos, el Guardián intervino y no precisamente para detenerlos. Al contrario, los alentó.

—Ustedes dos ¡Alto! Si van a pelear que sea dentro de Nova. —dijo poniendo sus manos sobre el hombro de ambos.

—Por mi está bien. —respondió Cloe.

—Lo mismo digo.

—Nova, llévanos al Training Room. —ordenó.

El suelo bajo ellos se estremeció acompañado del sonido metálico de grandes y pesados bloques moviéndose en el interior. 

Cuando el sonido cesó, el suelo se partió en dos.

—¡¿Qué está pasando?!... —exclamó un confundido Max que apenas se sostenía.

El Guardián dio un paso atrás y los empujó dentro de la fosa antes de que pudieran reaccionar.

—¡¡¡Whaaa!!!!

—Los que quieran irse a casa pueden hacerlo desde la sala de estar, pero si les interesa solo salten. —indicó y saltó dentro.

Harry, Marcus y Mía saltaron sin pensarlo dos veces. 

Al ver esto, los demás sintieron curiosidad de ver como terminaría ese encuentro entre dos elementales.

—… Veamos.

Zane dio un paso hacia el vacío oscuro que lo devoró en un instante desapareciendo de la vista de todos.

—Espero y sea una buena pelea. —dijo Neón tras él.

Ya que todos los chicos se habían ido, solo quedaban las chicas. 

—Fu~ Ya qué, ¿Vienen? 

Las instó Holly caminando hacia la fosa, volteó para verlas un tanto provocativa y pegó un pequeño salto hacia atrás.

—¿Regresamos a casa? —preguntó Ema a sus amigas.

—S-Sí. Regresemos, es mejor. N-No creo que les pase nada, el Guardián está ahí. S-Sí, regresemos.

Dijo Lisa moviendo la cabeza tratando de ocultar en lo posible su preocupación por lo que iba a pasar allí abajo.

—Sí, e-entonces regresemos.

La apoyó Ema, aunque ella también sentía curiosidad. 

Sabían que Alice no tendría el valor para ir con ellas y era mejor acompañarla e irse a casa.

—V-Vamos…

Aunque tenía miedo, el rostro de sus amigas expresaba todo, menos las ganas de regresar a casa. Ella también.

—Alice, si tienes miedo no te forzaremos a ir con nosotras. Regresemos a casa.

Expresó su amiga de radiantes cabellos.

—Sí, vamos Alice.

Se quedó callada unos segundos con las manos sobre su pecho temblante, mientras veía como sus amigas se retiraban. 

Entonces, tomó valor y se negó a ir con ellas.

—¡A-Alto!... 

Ambas la miraron allí, de pie frente a ellas, encogida de hombros con ese aspecto retraído que desentonaba totalmente con la expresión que en su rostro se marcaba, decisión.

—Y-Yo t-también qu-quiiero ver lo que va a suceder allí abajo.

Ambas comprendieron sus sentimientos.

—¿Crees poder saltar al vacío, Alice? —le preguntó Ema.

Alice se dio la vuelta y miró al pozo nuevamente.

—Si no crees poder hacerlo sola, podemos hacerlo juntas. —dijo Lisa, sonriéndole.

—Si, no tienes que hacerlo sola después de todo. —agregó Ema.

Alice asintió con la cabeza y juntas caminaron hacia el precipicio. 

Contaron hasta tres antes de pegar un salto tomadas de las manos.

6

Mientras todos caían por aquel conducto sin forma de frenar, el Guardián ordenó a su nave intervenir.

—Nova, detén sus caídas con el chorro de aire…

 

—¡Qué demonios le pasa a ese sujeto!… —dijo Cloe molesta mientras veía como se acercaba vertiginosamente hacia la luz al final del túnel. 

Pasando el umbral, entraron en una amplia habitación blanca de paredes altas. 

Max y Cloe se prepararon para recibir el impacto usando las piernas. 

Entonces, una de las casillas donde se iban a estampar, se abrió y de él, un chorro potente de aire los frenó en seco a escasos metros sobre el suelo. 

La fuerza fue tal, que los tiró hacia atrás cual trampolín.

—¡Auch! Eso dolió…

Ella se levantó del suelo sobándose el trasero frente a un adolorido Max que se retorcía en silencio. Ella cayó sobre su estómago. No dijo nada al respecto y lo ignoró.

—Cuando vea a ese maldito…

Amenazó con su puño a los vientos, refiriéndose al Guardián. 

Justo después, él entró en escena rodeado de un campo de energía que apenas era visible de color jade, que lo hacía levitar. 

Cloe lo vio y le lanzó una piedra que ella misma había creado. No tuvo efecto, pero bastó para llamar su atención.

—¡Idiota! Otra vez tomándotelo a la ligera.

Le gritó mientras descendía, a la par que creaba plataformas con su poder, a un metro sobre el suelo alrededor de la casilla abierta.

—Lo siento, Cloe. Creía que había quedado claro que no tenía intención de lastimarlos… —dijo aterrizando frente a ella y quitando su campo de energía.

—Hubiera sido mejor que nos teletransportaras aquí dentro.

—Eso no es posible. Estábamos parados sobre Nova.

Antes de que pudiera explicarse, los demás aparecieron desde arriba. 

Pasó lo mismo con ellos, solo que en esta ocasión el impacto se redujo al estar las plataformas para tomarlos en el aire. 

Los bajó lentamente hasta el suelo y continuó su conversación con Cloe.

—¿Qué quieres decir con eso?

—El campo que la nave genera constantemente a su alrededor, interfiere con los sensores de la computadora. Además, estábamos tocando el fuselaje, usar el teletransporte tendría consecuencias desastrosas para mi nave. No iba a arriesgarla.

Cloe pareció entenderlo, aunque no del todo. No tuvo más remedio que simplemente suspirar cansada de su actitud. 

Lo ignoró y tomó su posición en el centro de la habitación. 

Rápidamente, Mía la interceptó tratando de evitar que se librara tal disputa.

—Cloe, esto ha ido demasiado lejos. Deberías detener todo esto o alguien podría salir lastimado por tratar de demostrar tu punto que está más que claro. —dijo Mía conociendo las intenciones de su vieja amiga.

—Si entiendes el punto de esto, entonces sabes que no echaré mi brazo a torcer, y él tampoco lo hará. —dijo al ver que Marcus trataba de hacer lo mismo con Max.

Mía volteó a verlos esperando que su hermano pudiera detenerlo. Guardaba esa esperanza dentro de su pecho, aunque todo ya estaba echas las de perder.

—Max, detente. No caigas en sus provocaciones. Existen otras formas de demostrar tu valía, no es necesario que te batas a duelo.

—Hace tiempo, mi padre me dijo: "La valía no es un título que se otorga, es algo que se demuestra una y otra vez como parte de nosotros", y eso es lo que haré, demostrar. —dijo fijando su mirada en Cloe.

Marcus lo entendió y lo dejó pasar, llegados a este punto no había nada que pudiera hacer. Someterlo no era una opción.

—¿Al menos sabes pelear? —le preguntó con franqueza.

Max devolvió su mirada hacia él y le dijo con una gran sonrisa en el rostro.

—No te preocupes. Estaré bien.

Quitó su atención de Marcus y siguió de largo. 

Cloe adoptó una posición firme en el centro de la habitación, esperándolo. 

Viendo que su hermano había fallado, Mía se apartó del camino y se reagrupó con los demás.

—Solo no lo lastimes demasiado… ¿Está bien? 

Cloe no respondió. 

Max tomó su posición frente a su adversario y sacó su diamante de su bolsillo izquierdo. 

Cloe se quitó la chaqueta de cuero blanco con detalles en negro que llevaba puesto, y la tiró a un lado tras haber tomado su diamante del bolsillo oculto. 

Ahora frente a frente, ambos hicieron resonar sus diamantes hasta tal punto que la luz se escapó de entre las fisuras de sus puños. 

—¡Todos! Detrás de mí. —indicó el Guardián.

Todos se pusieron tras él para que así pudiera crear una barrera de energía que los protegiera. 

Cloe tomó una sólida posición de karate y esperó a que su contrincante asumiera la suya. A diferencia de ella, Max parecía tener un conocimiento básico sobre técnicas y posiciones de combate. 

Tomó una posición algo estable y arremetió contra su rival una vez que se sintió cómodo.

Cloe pudo evitar sus tres golpes iniciales fácilmente al bloquearlos con su mano y luego lo apartó con un golpe de palma al cuerpo para que cesara su asedio. A continuación, tomó impulso y pegó un salto con patada giratoria para conectar un golpe potente dirigida a la cara de Max, quien trató de bloquearlo con su brazo, pero eso no importó, igual fue a parar al suelo. 

—Pensé que estabas tratando de demostrar algo, pero no logras conectar ni un solo golpe.

Max cogió impulso para levantarse del suelo y usando ese impulso trató de conectar un fuerte golpe, no importó. Cloe uso ese mismo impulso para tirarlo al suelo de espaldas cual trapo. 

Todos los chicos pusieron una expresión de dolor, como si ellos mismos lo hubieran sentido. 

Ella se estaba conteniendo de usar toda su fuerza, creía que con esa demostración iba a bastar para hacer que se rindiera y dejara de dar pelea. Así podría explicarle sus verdaderas intenciones, pero fue así. 

—Maldición, no creí que fuera tan buena… pero, aun así, yo…

Max se puso de pie.

Ahí parado, débil, con un raspón en el rostro, recordó a su madre en aquellos días cuando más pequeño en los que solía enfrentarse a ella. 

Las cosas que le había enseñado en ese momento comenzaron a surgir como lagunas. Cambió su posición de pelea a una más sólida, enderezó su espalda y extendió sus brazos, una más lejos y más baja que la otra.

Cloe no cambió su tez, se mantuvo firme hasta que recibió el primer golpe, un golpe cuya ejecución y precisión estaban a otro nivel. Un golpe que pondría en aprietos a cualquiera que lo recibiera directamente. 

El muchacho que antes se tambaleaba pegando golpes burdos, hizo que su rival se desequilibrara de un solo golpe. 

—¡Qué demonios! ¿Qué diablos está pasando? Ese no fue un movimiento que realizaría un simple principiante. —mientras pensaba en eso, recibió tres golpes más. 

Los cuales desvió para evitar recibir mucho daño. Daño que la haría cuestionarse si seguir con este encuentro.

Los demás miraron con asombro tal giro de los acontecimientos. Max hizo que Cloe se pusiera a la defensiva, le estaba dando pelea.

Max pegó otro golpe, ella lo esquivó tirándose de espaldas contra el suelo e impulsándose, trató de conectar un fuerte golpe al cuerpo con ambas piernas. Él lo bloqueó con ambos brazos, pero la fuerza fue tal que lo levantó del suelo y tiró dos casillas para atrás. Cloe rodó una casilla hacia atrás para ponerse de pie con el impulso y puso su guardia arriba. 

Max se las arregló para sostenerse con la fuerza de sus pies y recobrar su guardia.

—Si sigo así, es posible que le pueda ganar… Aunque se ve difícil, puedo hacerlo. —pensó y apretó el puño con fuerza. 

La energía sin control que emanaba de su diamante y que recorría todo su cuerpo, impulsado por su firme decisión de victoria, hacía que se desbordara a través de sus puños. Chispas azuladas brotaron por todos lados desde su puño. 

Miró a su rival y se lanzó al ataque nuevamente.

Cloe desvió dos y recibió dos. 

Cada golpe se sentía como recibir una fuerte descarga eléctrica. 

—Esto se está saliendo de control. Debo derrotarlo en los siguientes cuatro golpes… —pensó mientras procuraba esquivar esos puños eléctricos.

Viéndose superada, Cloe le pegó dos golpes, uno en el hígado y otra en el cuello.

Mientras Max se tambaleaba, cogió impulso y le pegó una patada frontal. Él lo bloqueó y retrocedió para recuperarse. 

Ella aprovechó ese instante para concentrarse y crear una gruesa plancha de roca de poco más de medio tatami, que posteriormente impulsó contra él, quien lo esquivó con facilidad, pero solo se trató de una simple distracción. 

Tras el esquive, Cloe le lanzó rocas más pequeñas que había creado a su alrededor para que lo detuvieran.

A Max no le importó y corrió hacia ella abriéndose paso con sus puños, moviéndose en zigzag tratando de esquivar aquellos que no podía golpear. 

Las rocas estallaban una tras otra a centímetros de su puño por la corriente eléctrica que lo protegía de recibir daño. 

Cuando estuvo a la distancia óptima para pegar un golpe, Cloe le lanzó una roca propulsada desde el suelo, obligándolo a esquivar de una forma extraña haciendo que su guardia cayese. Con sus puntos vitales expuestos, aprovechó y pegó un golpe con la palma derecha en posición Kumade, el brazo completamente extendido, el tronco arqueado y la pierna izquierda extendida en apoyo con la pierna derecha a casi un ángulo de 45°. 

El golpe fue dirigido hacia la boca del estómago, tal alineación bestial tenía la fuerza suficiente como para levantarlo del suelo y lanzarlo una casilla hacia atrás, y de paso noquearlo. 

Gotas de saliva escaparon de su boca en el instante en el que recibió el golpe. Esto en una fracción de segundo, segundo que para él pareció una eternidad.

—¿Perdí? ¿Acaso así es como esto termina? Todo esto… —pensó mientras sentía como sus fuerzas lo abandonaban.

Su cuerpo impactó el piso cual saco de arena.

Cloe tomó un respiro para calmarse, mientras regresaba a una posición de atención con los puños a la altura del pecho. Exhaló bajándolos, indicando que la batalla había culminado. Se sintió un poco culpable mientras veía a su contrincante tirado en el piso con las extremidades extendidas, completamente derrotado.

Cloe que estaba reprimiendo su sentimiento de preocupación, se mantuvo firme esperando que su rival diera alguna señal de conciencia, hasta que no pudo aguantarse más e impulsivamente dio un paso.

¿Su imagen de chica cruel, fría y sin corazón se había derrumbado?

Pero entonces, Max empezó a dar señales de vida por medio de leves espasmos. Apretó los dientes con fuerza para evitar pensar en el dolor y se puso de pie. 

—¿Cómo diablos es que aún sigue consciente? Es acaso una especie de mutante sobrehumano. —dijo Neón a modo de impresión.

Ciertamente una persona común no sería capaz de estar consciente después de recibir tal golpe y más aún ponerse de pie, pero Max se levantó. Como si ese golpe fuese cualquier cosa, como si antes hubiera recibido un golpe o golpes mucho más fuertes que ese.

Cloe se quedó con los ojos bien abiertos ante tal proeza. Entonces, aprovechó la situación para que los demás no se dieran cuenta de su preocupación e hizo como que retomaba su posición de pelea.

—Deberías rendirte. No importa cuán resistente seas, no podrás ganar. — afirmó Cloe —. Aunque este no sea tu primer rodeo, parece que no has hecho esto hace un buen tiempo.

Max no negó esto último. Tal vez su yo de hace dos meses hubiera perdido este encuentro el doble de rápido, debido a que estaba fuera de forma. Pero el último mes todos habían estado recibiendo un entrenamiento físico intensivo. Es debido a esto que su condición física y la de todos se elevó un mil por ciento. 

Su cuerpo se había acostumbrado a largas jornadas de esfuerzo constante y esto sólo era resultado de dicho entrenamiento, así que esto estaba lejos de terminar.

—Puede que seas extremadamente fuerte, muy capaz y un poco engreída, pero sabes… no suelo darme por vencido tan fácilmente. —dijo apretando su puño frente a él.

Tal fuerza provocó que un rayo brotase de su puño e impactara el suelo frente a sus pies. Fuel primero antes de que uno tras otro comenzara a salir contra el suelo.

Cloe tenía una mirada fría, aunque se podía apreciar unas gotas de sudor en su frente. 

Max pegó un puño al aire dirigido hacia Cloe y de él salió un rayo zigzagueante blanco azulado. 

Ella creó una pared de roca manteniendo su guardia arriba, el rayo hizo añicos el muro al contacto. 

Fue entonces, cuando Max salió de entre los escombros con un derechazo a media ejecución, Cloe pensó rápidamente y sabía que desviar el golpe sería peligroso. Optó por recibirlo con los brazos y reducir su impacto al absorberlo con todo el cuerpo, como una sólida roca.

Al golpe inicial, No se sintió mucha diferencia entre sus anteriores golpes, fue como cualquier derechazo normal, o eso creía. La potencia venía una fracción de segundo con retraso y al darse cuenta de este hecho, trató de resistirlo, pero no pudo. La potencia fue tal, que la mandó a volar varias casillas hacia atrás.

Aunque se encontraba de pie en la misma posición con la cual había recibido el golpe, firme e imperturbable. Su cara expresaba todo lo contrario, todo su cuerpo estaba entumecido debido a que usó una fuerza descomunal para pararse en seco. Caso contrario, hubiera ido a parar contra la pared al otro extremo de la habitación.

—Tsk~ ¿De dónde viene esta fuerza descomunal? Es esta la fuerza proyectada del elemental de electricidad o es solo la fuerza propia de Max… No, no puede ser eso. —negó con la cabeza levemente tras pensar esto último.

Tras recomponerse, ordenó a su cuerpo moverse, pero no le respondió, estaba paralizada. Trató nuevamente, pero nada, ni un solo movimiento. 

Max no atacó, solo caminó hacia ella lentamente con una actitud dominante.

Sin caer en la desesperación, Cloe intentó mover su cuerpo nuevamente. 

Antes de que siquiera pudiera realizar un movimiento minúsculo, sintió como sus piernas la abandonaban. Su cara tenía una expresión sombría, mientras una gota de sudor frío recorría su frente y se deslizaba por su cara hasta su barbilla.

Max se veía cada vez más cerca.

—¡Tsk!

Viendo que las cosas se le estaban escapando de su control, Cloe apretó los dientes con fuerza y ordenó a su pierna izquierda moverse hacia adelante. 

Al contrario de las otras veces, esta vez sí pudo hacerlo. Evitando así caer rendida sobre sus rodillas a merced de Max. 

En esa posición poco ortodoxa, pegó un derechazo a la nada apuntando hacia Max que se encontraba a tres casillas de distancia. A la par que creaba una losa de roca de dimensiones rectangulares en paralelo a su brazo.

La losa salió impulsada contra Max que no trató de esquivarlo y pensó que pegándole un golpe sería suficiente, se confió. 

En su intento por pegarle a la losa, falló estrepitosamente y salió volando por los aires tras el impacto. 

Cloe dio un paso firme hacia adelante y creó una pared de roca, para detenerlo en el aire y luego pasó a crear dos paredes más a ambos lados, con una separación de tres casillas y media de la primera. Acto seguido echó a correr en dirección a Max, y tras ella otra pared apareció.

Dejó de ejercer control sobre la primera pared y esta empezó a caer. Para cuando tocó el suelo, Cloe había llegado a estar una casilla frente a Max. 

Con un juego rápido de manos, pasó su diamante a su mano derecha y antes de que él pudiera reaccionar, lo tomó del cuello de su camisa y le mostró su puño a media carrera para pegarle en el rostro.

—Estoy acabado… —pensó.

En ese momento, las paredes restantes se unieron. Encajonándolos en un cuadrilátero rectangular de paredes altas, que no permitiría ver a los espectadores lo que estaba por acontecer en ese momento tan crítico. 

Max se puso rígido y cerró los ojos, preparándose para recibir el golpe. 

*¡BANG!

El golpe de Cloe impactó en la pared muy cerca de él. 

Max abrió los ojos lentamente preguntándose si eso fue todo. Con los ojos bien abiertos dirigió su mirada hacía el puño, y luego hacía la propia Cloe, quien tenía la cabeza agacha.

Incapaz de comprender el por qué no lo había golpeado y acabado con el encuentro, se atrevió a preguntar por el estado de su rival.

—¿Cloe? ¿Estás bien? ¿Te sucede algo?

No le respondió, en su lugar comenzó a reír. 

Max estaba aún más confundido y un poco incómodo, ya que se suponía que estaban peleando seriamente. 

Trató de seguirle el rollo con una risa fingida. 

Ella dejó de reír al momento que Max comenzó a hacerlo. Levantó la cabeza y lo miró a los ojos fríamente.

—¡¿Qué demonios te sucede?! Por qué no simplemente te quedaste tendido en el suelo después de tres golpes, por qué tenías que levantarte y alargar más la pelea, molesto. Eres molesto…

—Muy cerca… —pensó mientras era sometido.

Si no estuviera en la posición en la que está ahora y el escenario fuera distinto, probablemente su corazón estuviera latiendo a mil por hora. 

Después de todo, Cloe es una chica y muy bonita, a decir verdad. 

Al decir estos pensamientos en voz alta dentro de su cabeza, se sonrojó un poco.

—Ahora, escúchame bien. —insistió con fuerza y no dijo nada más. 

Viéndose muy cercana, aflojó un poco y apartó la mirada hacia un lado.

Su silencio se volvía una agonía, tanto así que se puso a delirar.

—¿Por qué de repente te quedas callada? ¿Qué es lo que planeas decirme? No será… ¡Una confesión! —pensó.

Se le prendió el foco al notar un leve rubor en sus mejillas. Aunque podía significar un sin número de cosas, él solo se centró fielmente en que se debía tratar de una expresión de amor. Entonces, entró en negación al escuchar lo ridículo que era.

—¡No! No, ¿Porque una chica como ella se confesaría a un tipo como yo? Eso no tiene ningún sentido. No debe ser eso… ¿Cierto?

Pasaron unos segundos más hasta que finalmente la chica habló.

—No estoy segura de si esa fuerza tuya es del diamante o si se trata de tu propia fuerza… De lo que sí estoy segura es de que yo nunca dije que eran basura o cosa por el estilo. Solo cuestionaba su pobre sistema de entrenamiento, lleno de distracciones y pésima ejecución de los ejercicios. Separarse y entrenar con otros sería lo mejor, es lo que creo.

Esas duras palabras no eran las que estaba esperando, pero antes de que pudiera objetar, Cloe prosiguió.

—Eso sería lo mejor, pero soy consciente de que eso no va a pasar y para que su potencial no se vea desperdiciado… Yo… yo estoy dispuesta a ayudarlos a entrenar.

—¿Entrenarnos? ¿Por qué harías algo así? Acaso estás…

—No es lo que estás pensando, es solo que me molesta y distrae verlos entrenar de esa forma ¡Es todo! —dijo molesta sin razón aparente.

—Es eso… Ya veo.

—Ahora. Si le cuentas a alguien sobre lo que pasó aquí, haré que lo lamentes de por vida.

Amenazó ella con una mirada bastante espeluznante.

A Max le quedó bien claro que iba en serio, porque hasta que no vio que lo había entendido no lo soltó. 

Tras eso se dio la vuelta, cruzándose de brazos para relajarse tras una pesada exhalación.

—Entonces… Cómo esperas que se lo explique a Harry…

—Eso es problema tuyo, tú eres su amigo. Si no puedes, entonces abstente a las consecuencias. —dijo de forma indiferente —. Ahora, es momento de terminar con todo esto…

Cloe puso su mano sobre el pecho de Max y lo presionó contra la pared.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó confundido.

—Debe haber un perdedor en este encuentro. —dijo con una expresión bastante siniestra.

—¡Y ese porque soy yo!

—Por las apariencias. Tranquilo, no dolerá.

Sonrió.

 

 

7

Mientras esto acontecía, los espectadores esperaban ansiosos a que algo sucediera. Ya habían pasado una cierta cantidad de minutos dentro de la caja y nada había sucedido en ese lapso de tiempo.

—Qué demonios están haciendo esos dos allí adentro. Aburrido~ —dijo Neón sentado en el suelo con el codo apoyado sobre la rodilla y su mentón reposando sobre su muñeca.

Lisa tenía las manos contra su pecho, esperando pacientemente.

*¡BOOM!

El muro estalló tirando escombros en todas direcciones, levantando una cortina de humo, donde por un instante se pudo ver el brazo de Cloe con la mano extendida y a Max cayendo hacia atrás tras recibir lo que pareció ser un golpe. 

Así lo vieron todos, pero en realidad Cloe solo lo había empujado para que cayera al piso.

El Guardián disipó el campo de fuerza, expandiéndolo para empujar todo el polvo de la zona y exponer la escena. 

Cloe tenía el brazo extendido y Max estaba tendido en el suelo, una señal de clara victoria.

Cuando Lisa al fin pudo ver lo que había sucedido, se dirigió a ellos para brindar su ayuda. Cloe al notar esto, bajó la mano y se hizo a un lado.

Lisa comprobó que Max estuviera consciente y le preguntó si algo le dolía, a lo que él asintió. 

Lisa colocó su mano a centímetros sobre su pecho y empezó a tratarlo. Esta vez usando su concentración y no solo un deseo fortuito.

Cloe miró de reojo este hecho con admiración.

—Cloe, por favor no hagas movimientos bruscos. Podrías tener alguna herida grave. Cuando termine con Max, curaré tus heridas…

Ella no le respondió, solo le dio la espalda haciéndose la ruda. 

En realidad, no podía moverse de su sitio, sentía que, si realizaba algún movimiento como el de caminar, sus piernas y todo su cuerpo dejarían de responderle. Sentarse tampoco era una opción, así que se quedó quieta para recomponer sus fuerzas, mientras veía venir a Harry para comprobar el estado de su amigo.

Ya que Lisa fue más rápida, Harry se abstuvo de preguntar "Cómo te sientes" y se puso a comentar la pelea.

—Amigo eso fue increíble, le diste una buena pelea. Un poco más y le hubieras podido ganar. 

Cloe hizo una mueca minúscula que sólo Max pudo notar.

—Lo siento… Lamento eso.

—No, no te disculpes. No creo que yo hubiera podido hacerlo mejor.

—Ya terminé. Ahora deberías sentirte más aliviado, pero no te sobres esfuerces. Aunque haya curado tus heridas, no estoy segura de cuán efectiva sea usando mis poderes. —dijo mirándose las manos —. Pídele al Guardián que te revise para estar seguros.

Sonrió levemente cerrando la palma.

—Está bien, ahora me siento mucho mejor. Gracias Lisa. —dijo antes de tratar de levantarse.

—Vámonos. —dijo Harry ayudándolo a ponerse de pie. 

Juntos caminaron hasta donde se encontraba el Guardián, que no se había movido de su sitio.

—Amigo esa mujer es un monstruo. Le acertaste unos buenos golpes y está como si nada.

—Aaah, jaja~

Lisa se levantó del suelo y se centró en Cloe. 

Ella la recibió de frente y se sorprendió al ser tomada de las manos. 

Lisa postró su mirada en ellas y acarició suavemente los rasguños que tenía. Tras ello, le comenzó a transferir energía para poder curar sus heridas. 

Era una sensación extraña, como un hormigueo cálido que recorría todo su cuerpo.

—¿Por qué estás haciendo esto? Podrías dejar que el Guardián se encargue como dijiste. Estás haciendo esto, gastando tus fuerzas ¿Por qué hacer algo innecesario?

Lisa no dejó de curarla y le respondió sin dirigirle la mirada. Su rostro no mostraba ningún aura negativa como ella se esperaba dado los roces que tuvo con sus amigas anteriormente. Simplemente tenía una expresión apacible y complaciente.

—¿Existe algún motivo para no ayudar a alguien que lo necesita? Si vieras a alguien herido ¿No sería tu primer pensamiento ayudarlo? Por más que no sientas que es un asunto en el cual debas involucrarte e independiente o no de si eres un conocido del afectado, creo que es algo que todas las personas sienten muy en el fondo en momentos como ese. Solo estoy siendo fiel a ese sentimiento…

Cloe se sintió un poco tonta por haber hecho una pregunta tan estúpida. 

—Además… —prosiguió —. Qué clase de persona sería si te dejara a tu suerte, de pie y sin poder moverte.

Le sonrió.

Cloe se sorprendió de que ella haya sido capaz de notar algo que la mayoría de las personas, no pueden debido a su actitud antipática y sin tacto que se esforzaba por aparentar. 

Pero no es como si Lisa tuviera una capacidad de percepción sobre humana o algo así. En realidad, ella solo fue capaz de notarlo cuando la tomó de las manos. Estas se sentían pesadas y no oponían resistencia al momento de moverlas.

Cloe pudo sentir su entumecimiento desaparecer poco a poco. 

En minutos, los raspones desaparecieron, junto con el entumecimiento y la sensación de pesadez sobre sus hombros.

—Bien, ya terminé. Con esto deberías sentirte más aliviada, moverte no debería ser mucho problema. Nuevamente recomiendo que no te sobre esfuerces y que el Guardián te revise. —dijo dirigiéndole la mirada y enseñándole una sonrisa radiante.

 Linda, pensó.

—Gracias Lisa… —dijo un poco avergonzada.

Se arrepintió de su mal comportamiento para con sus amigas. 

Apartó su mirada mirando hacia la nada y continuó en esa dirección sin decir nada más. 

Su reacción dejó confundida a Lisa. Al final, ella lo aceptó y la siguió por detrás.

—¡Oh!

Notando su chaleco, Lisa lo recogió del suelo, le quitó el polvo y se la entregó.

—Toma Cloe, creo que esto es tuyo.

—Oh, lo había olvidado. Gracias nuevamente. —dijo avergonzada.

—No hay de qué. —respondió contenta.

—Ella es bastante simple, ¿No? Onii-sama.

—Si… Se complica demasiado cuando se trata de este tipo de cosas, pero creo que está yendo por buen camino. —dijo acomodándose los lentes con ayuda de su dedo medio.

—Concuerdo contigo Onii-sama. Creo que, en un futuro no muy lejano, Cloe sonreirá más a menudo.

Comentaron los hermanos entre ellos mientras los veían acercarse.

EPÍLOGO

Cuando se reunieron con los demás, lo primero que hizo Lisa, fue explicarle al Guardián que, aunque les había quitado el malestar y las heridas superficiales. No estaba segura de cómo estaban internamente y de si los había sanado correctamente. 

Comprendiendo sus preocupaciones, salieron del Training Room.

—Llevaré a Max y Cloe a la enfermería, los demás ya pueden irse a casa. Diríjanse a la sala de estar, Nova tiene la orden de teletransportarlos.

Todos entendieron lo que tenían que hacer, pero ninguno de ellos se movió. 

Nova es un crucero ligero que visto desde afuera no parece ser demasiado grande, eso ciertamente es así, hasta que lo ves desde el interior. Perderse aquí es bastante fácil debido a que todos los pasillos se veían iguales, y por su extensión, podrías pasar horas y horas sin poder encontrar una salida. Es por eso que nadie se atrevió a moverse.

Ninguno de ellos se conocía el camino de regreso a la sala.

—¿Qué sucede? —preguntó el Guardián.

—Es bastante obvio que ninguno de nosotros conoce el camino de regreso ¿Cómo se supone que lleguemos hasta allí sin perdernos? Además, el camino es demasiado largo. —dijo Ema cruzándose de brazos.

—Pensé que ya se lo habían memorizado.

El Guardián repentinamente se quedó en silencio unos segundos, recordando algo fundamental. 

—Aunque eso ahora ya no importa.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó intrigada.

—Cuando le ordené a Nova que nos llevara al Training Room, se vio obligada a mover todas las habitaciones y pasillos para llevar todo el Training Room hasta nuestra posición.

—¡Qué! ¿Movió todas las habitaciones? —exclamó ella.

—Todo dentro de Nova, salvo el núcleo, se puede mover. Esto es así por si un intruso se cuela dentro de la nave y trata de llegar al puente de mando. Nova tiene la capacidad de hacer que regrese al punto de origen una y otra vez de forma indefinida hasta que alguien de la tripulación se encargue de él. —explicó.

Todos quedaron fascinados por dicha característica única de la que nunca antes habían escuchado hablar. 

—Impresionante… —dijo Harry.

—Dicho eso. El camino ahora debería ser más corto. Nova, encárgate de guiarlos de forma segura al puente.

—Entendido capitán. —respondió a la orden de forma enérgica o eso fue lo que pareció.

—Bien. Descansen. Ustedes acompáñenme.

El Guardián se dio media vuelta y se fue en dirección contraria a la de los chicos. Harry lo seguía por detrás sosteniendo a su amigo, también Cloe y Lisa, quien sentía la responsabilidad de conocer el estado de ambos.

Por otro lado, los chicos se quedaron en espera de las indicaciones de Nova. Pasaron los segundos sin escuchar una palabra por los altavoces de pared, era como si estuvieran apagados.

—¿Nova? ¿Estás ahí? —dijo Neón buscando algún tipo de cámara o rendija por el cual saliera sonido. 

No parecía haber nada de ese estilo en todo el pasillo, pero Nova los estaba escuchando.

*BURR BIRSSS -TSURRR~

Con ese sonido agudo e inusual, Nova mostró señales de vida, pero no habló.

El ruido blanco que salía de entre las paredes, hizo que los chicos se sintieran intranquilos.

—N-Nova déjate de juegos… —dijo Ema encogiéndose de hombros y mirando a todos lados, tratando de descifrar de dónde salía ese sonido.

Alice se puso detrás de ella y se pegó a su espalda buscando refugio.

—Nova estás asustando a todos. —dijo Mía que se tomaba del brazo de su hermano con fuerza.

El sonido cesó y solo quedó el silencio que trajo la oscuridad. En su imaginación.

Neón tragó saliva, mientras tenía sus sentidos en alerta y veía el pasillo por el cual antes se había ido el Guardián.

—Hola…

De repente el silencio se esfumó.

La voz era femenina, bastante joven, casi como el de una niña. 

La voz se escuchó venir tras de Neón que iba por delante del grupo.

Todos los que estaban mirando en esa dirección en ese momento, tenían una expresión gélida y los pelos de punta. 

Ema y Alice no se enteraron de nada hasta que vieron el rostro pálido de los demás. 

—Eh ¿Qué pasa? Parece que han… visto… aun fa-fa-fantasma.

Ema se dio la vuelta lentamente casi como un robot. Su cuerpo estaba tenso. 

Inevitablemente, Alice se vio obligada a hacer lo mismo.

Cuando vieron al ente, Ema se puso aún más rígida. En cambio, Alice solo dejó salir un "Iggh~" y se puso de cuclillas tapándose los ojos con las manos del miedo. 

Debido a esto Neón no quiso darse la vuelta y usó toda su fuerza de voluntad para ello.

El ente le tocó el hombro para llamar su atención, cerró los ojos con fuerza y sacudió la cabeza, negándose a voltear. El ente insistió nuevamente tocándole el otro hombro.

Neón abrió los ojos y lentamente miró sobre su hombro. Un dedo blanco azulado se posaba sobre él.

—¡AAAAHHH! 

Neón pegó un grito y un salto del susto. 

Al darse la vuelta pudo apreciar al ente en su totalidad. 

Tenía una figura femenina de no más de un metro veintisiete, su cuerpo era de un blanco azulado, pero lo más escalofriante era que parecía un maniquí articulado, sin cabello, ni ojos, ni cuencas en los que estos pudieran reposar. Solo la boca era perceptible.

—Lo siento, no era mi intención asustarlos. —dijo.

Neón con los ojos bien abiertos, parpadeó varias veces hasta que finalmente comprendió de quien se trataba.

—¡¿N-Nova?!

La nueva información conmocionó a todos. La miraron de arriba abajo y aun así no pudieron ni hacerse a la idea, ni siquiera su voz era parecida a la Nova que ellos conocían.

—Afirmativo... Se me dio la tarea de escoltarlos hasta el puente y teletransportarlos a sus casas. Acompáñenme por favor.

Espeluznante.

A los chicos les tomó un rato salir del shock que ella les había provocado. Ni se movieron.

—¿Vienen? —preguntó.

El ente no comprendió porque ninguno se movía e inclinó la cabeza confundida. 

Marcus se armó de valor, porque todos estaban siendo descorteces con esta nueva "ella" y fue el primero en realizar un movimiento para no hacerla sentir mal.

Dentro de su percepción, Marcus la veía como a otra persona más dentro del grupo. Por su forma humanoide, asumió que tenía la capacidad de sentir. Aunque en realidad era todo lo contrario, ella no poseía dicha capacidad, sólo era capaz de interactuar con ellos mediante procesos computarizados complejos de pregunta y respuesta.

—Vamos chicos, solo se trata de Nova. No hay que hacerla esperar. Discúlpanos…

Entonces entendieron que estaban siendo groseros con ella, quien tuvo el gesto de presentarse ante ellos de una forma que según sus datos era "familiar".

—Mi hermano tiene razón. Están exagerando. —dijo Mía siguiéndolo por detrás.

Los demás recapacitaron y le pidieron disculpas a Nova con una reverencia.

—Lo sentimos Nova, por favor acepta nuestras más sinceras disculpas. —habló Ema por todos.

El inusual ente movió la cabeza de lado a lado curiosa por dicho gesto.

—Entonces… ¿Ahora sí se moverán? —preguntó sin entender lo que ellos estaban haciendo y el sentido de esas palabras.

—Sí. Guíanos por favor, Nova. —dijo Marcus.

—Entendido. Síganme por aquí. —señaló con el brazo.

*

Mientras esto sucedía, el Guardián y los demás ya habían llegado al ala médica. Un corredor lleno de habitaciones.

Entraron a una de ellas, dentro todo era de color blanco y variaciones leves entre tonos azules y grises, pero lo que más llamaba la atención eran las dos camillas en el centro. 

Tenían un arco que se elevaba desde los lados a la mitad, con pequeños artefactos quirúrgicos que emergían de cuatro bloques móviles.

Esta habitación, a diferencia de las otras, era utilizada para realizar análisis, diagnósticos y operaciones básicas de todo tipo. Las otras se usaban para operaciones más complejas, en específico cuatro de estas y las demás se disponían para la rehabilitación de los pacientes.

El Guardián se dirigió a un artefacto con las inscripciones en dragunneano "MPM-Eo", Medical Procedure Machine serie Eo por sus siglas en inglés. Este era el controlador encargado de los procedimientos médicos.

Encendió el aparato presionando uno de los muchos símbolos que actuaban como botones. 

Los arcos encendieron sus luces trazadas sobre su superficie a modo de canales energéticos.

Con un sonido agudo similar a un silbido y un resoplido, se deslizaron hacia uno de los extremos.

—Recuéstense por favor. Les realizaré un escaneo para poder calibrar las camillas a su fisiología. —indicó desde el controlador.

Harry recostó a su amigo sobre la camilla de la izquierda y Cloe se recostó en la otra. 

—Por favor no se muevan y cierren los ojos.

El Guardián presionó el botón de escaneo y los arcos se deslizaron lentamente proyectando una franja láser de color turquesa sobre la mesa. Se movieron de un extremo a otro, ida y vuelta.

Cuando el proceso terminó, en el monitor se mostraron una serie de datos sobre la fisiología humana, junto a un gráfico con dos líneas ondulantes. Una era de color rojo y la otra de color crema. 

El Guardián digitó estos datos dentro de los parámetros de la máquina y en la pantalla se mostró el cuerpo humano masculino y femenino descomponiéndose en tres estructuras fundamentales: órganos, nervios y huesos. Todo esto ante los ojos de Lisa.

—Bien. Con esto debería bastar… Ahora les realizaré un segundo escaneo para verificar su estado.

Tras el segundo escaneo, el Guardián obtuvo una serie de datos que usó para compararlos con los datos normales de un ser humano e identificar anomalías en Max y Cloe. Se quedó en silencio observando los datos que arrojó la comparación. 

Su silencio, contribuyó a las preocupaciones de Lisa, quien por más que se esforzara, no podía entender todos los datos que había arrojado la máquina.

El Guardián presionó el botón con un símbolo particular y la apagó. Después, se desplazó alrededor de las camillas y tomó de uno de los estantes superiores, una especie de jeringa metálica sin aguja y un frasco con una solución verdosa de uno de los contenedores metálicos que estaban sobre la encimera. Introdujo el frasco de vidrio dentro de la recámara de la jeringa y empujó suavemente el émbolo hasta que la luz indicadora pasara de roja a verde.

—Guardián ¿Qué es eso? —preguntó Lisa.

—Ah, esto solo es un suero regenerativo y poco más. Evitará que mañana amanezcan con los músculos atrofiados.

Max fue el primero en recibir el suero en el antebrazo.

El Guardián posó la fría boquilla de la jeringa sobre su piel, aplicando presión sobre el émbolo gradualmente inyectando el suero a través de los poros. 

La luz cambió de verde a azul. Esta era una característica que indicaba que se estaba aplicando la inyección. 

El suero dentro del frasco se vació un cuarto del total antes de que retirara la boquilla. La luz pasó de azul a verde otra vez. 

Repitió el mismo procedimiento en Cloe.

—Bien, eso sería todo…

—¿Es todo? —dijo Lisa preocupada.

—Si te refieres a que, si tenían lesiones graves, pues no. Solo sigo el tratamiento recomendado… —dijo mientras retiraba el frasco de la recámara de la jeringa.

Guardó todas las cosas y salieron del ala médica.

*

A escasos metros antes de llegar al puente de mando, el ente fantasmagórico tuvo una "falla". 

Por una fracción de segundo, la forma humanoide de Nova presentó un glitch. El torso, la cabeza y los hombros se distorsionaron en polígonos puntiagudos. 

Nova se detuvo de repente.

Cuando parecía que su forma se había estabilizado, su cuerpo creció dramáticamente hasta una altura de más de dos metros y medio. Su complexión se hizo delgada, plana, sin pies ni manos. Tenía un aspecto rígido y afilado. Esta forma se mantuvo durante un par de segundos antes de que Nova retomara su forma anterior.

Entonces, ella se dio la vuelta y observó extraña de las expresiones de los chicos. Estaban helados y llenos de terror.

—¿Les sucede algo?

—Nova, ¿Estás bien? —preguntó Marcus preocupado por ella.

—No controlo muy bien esta forma. —fue su respuesta.

Se miró las manos que se distorsionaban de formas extrañas. 

—¿Los he hecho sentir incómodos? ¿Insatisfechos? Estoy programada para dejar de ejecutar cualquier acto que consideren negativo si lo ordenan. 

Explicó ella tratando de descifrar las expresiones en sus rostros.

—No, no, para nada. No es necesario, solo nos sorprendió un poco esta apariencia tuya. Si no la controlas, está bien. No hay necesidad de que dejes de experimentar esta nueva tú. —señaló Marcus.

—Sí, lo correcto sería decir que nos has asustado. Sólo un poco. —explicó Ema.

—¿Los he asustado?...

—Solo un poco. No es para tanto. —dijo Neón.

Se quedó en silencio unos momentos, almacenando estos datos sobre el miedo y el terror.

—Continuemos, detrás de esa puerta se encuentra el puente de mando. —dijo.

Entraron a la sala y se formaron alrededor del sofá mientras esperaban que Nova tomara su lugar frente a ellos.

—Comenzando teletransportación en 10, 9…

—Adiós, Nova. —se despidieron Ema y Marcus formalmente.

—Hasta luego, Nova. —se despidió Mía con una sonrisa inocente en su rostro radiante.

—Nos vemos. —dijo Neón sin caer en formalismos.

—Adiós. —se despidió tímidamente Alice y Zane que lo hizo con voz serena.

—Hasta mañana, Nova. —se despidió Holly.

Todos se despidieron moviendo la mano, a lo que Nova interpretó esto como una señal que se debía hacer y los imitó moviéndola de forma robótica. 

—2, 1… 

Los chicos desaparecieron frente a ella.

Nova se miró la mano entre cerrada, miró hacia donde antes estaban los chicos y tras bajar la mano se desvaneció en el aire sin decir nada.