En un hospital ubicado en la ciudad de tokio se encontraba un niño de no más de 8 o 9 años acostado en una de las camas del solitario hospital junto con un aparato que le permitía respirar.
"¿cuanto tiempo falta para que muera?, me aburro" pensaba el chico, cualquiera pensaria que es un comentario muy triste viniendo de un niño pero para el era más que normal el pensar así, después de todo volverá a reencarnar y si no lo hacía pues no tenía problema con eso ya reencarno 999 veces ya era hora de un descanso.
El pequeño azabache miró el botón del aparato que le permitía respirar con una cara que solo podía expresar aburrimiento "voy a desconectarlo" se paro lentamente de esa suave cama de hospital decidido a morir de una vez por todas en esta vida.
--bueno estuvo bien mientras duro-murmuro para si mismo. ya era hora de morir de nuevo, agarro el cable, lo desconecto y fue a acostarse en la cama, cerró sus oscuros y vacíos ojos solo hicieron falta unos cuantos segundos para que el niño quedara dormido.....y muriera.