El gran inquisidor llega ante todos los Titanes y Feral, el hablo con voz imponente:
—¡Has llegado lejos híbrido! ¡Has luchado contra mortales, Titanes y dioses! ¡Has probado el amargo sabor de la derrota asi como también el dulce sabor de la victoria! Y todo para que, por existencia, por saber quién eres, de donde vienes, por amor. Yo el Inquisidor de los dioses estoy dispuesto a concederte eso.
El Inquisidor extiende su mano y al instante Retza es teletransportada hasta el. Feral logra ver a Retza encadenada justo al lado del Inquisidor. Feral se conmueve mientras que el Inquisidor habla:
—¿La quieres? ¡Pues puedes tenerla! ¿Quieres tu mundo de vuelta? ¡Pues lo tendrás! Todo lo que has deseado puede ser tuyo. Te daré esto y mucho más, si tan solo te inclinas ante mi, renuncias a tu lucha, y me juras lealtad, me entregas a lo dioses, a los Titanes, a los mortales y la esencia de los dioses que has adsorbido.
Feral queda desconcertado, mira fijamente hacia el suelo, luego voltea a ver a todo los Titanes sobrevivientes, a todos los dioses que ha hora están de su lado, y a los mortales que pilotean a los Sesoidatam, después alza su mirada hacia el Inquisidor y a Retza.
Para luego decir:
—¡Tu oferta es generosa así como tú misericordia! ¡Eres un ser muy inteligente y sabio! Retza es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida y recuperar eso sin necesidad de pelear es una bendición. Pero la idea de arrodillarme ante ti, no es algo con lo que éste de acuerdo.
El Inquisidor:
—¿Acaso no es Retza el amor de tu vida? ¿No es ella tu razón para pelear?
Feral:
—Si, ella es todo para mí, pero a hora ella no es mi única razón para pelear, todas estás personas que están aquí conmigo creen en mi y creen que yo los puedo guíar a un mundo nuevo, si escojo el camino fácil los estaría traicionando, y si hago eso como después miraría a mi Retza a la cara.
El Inquisidor hace desaparecer a Retza y dice:
—Has perdido tu oportunidad de estar con ella, a hora pagarás las consecuencias.
Todo el reino se comienza a estremecer pues el Inquisidor comienza a liberar su poder.
Inquisidor:
—Eres un dios a hora, pero así como la luz puede ser tragada por la oscuridad, de tal manera un dios puede arrodillarse ante un mortal, por cuál tu no podrás derrotarme, así que con mis puños será suficiente…
Feral:
—Te venceré en tu propio juego. Que nadie se entrometa pase lo que pase…
El Inquisidor:
—Ven aquí…
Feral da un poderoso salto y le proporciona un fuerte golpe al Inquisidor en la parte frontal de su casco dorado, una gran onda de choque se libera, pero el Inquisidor ni se inmuta. Entonces el Inquisidor golpea a Feral de la misma forma haciendo que el casco de este se parta en dos, después de eso le da una poderosa patada que envía a Feral lejos, esté sale disparado pero el Inquisidor lo intercepta con un poderoso golpe en la espalda que quiebra la parte posterior de su armadura, Feral cae en picada rápidamente, el Inquisidor lo vuelve a interceptar pero está vez con un gran golpe en el estómago, el cual quiebra la parte del frente de su armadura, Feral rueda por el suelo.
Después de rodar por el suelo Feral logra detener su rodada y es que puede levantarse, pero el Inquisidor adopta una postura de boxeo y comienza a golpear a Feral a una velocidad impensable y con una fuerza nunca antes vista por el, con cada golpe la armadura de Feral se va desprendiendo, hasta que toda esta se cae, el Inquisidor se prepara para darle el golpe final pero Feral se lo frena en seco, una onda de energía se libera y el Inquisidor se sorprende al ver que no solo frenó su golpe sino que también todo su cuerpo comienza a brillar haciendo que su armadura se restaure con un brillo más resplandeciente, a continuación Feral golpea al Inquisidor pero está vez con mucha fuerza haciendo que el Inquisidor retroceda, Feral adopta una postura de boxeo y ataca, a continuación ambos proceden a intercambiar golpes en un frenesí de fuerza, resistencia y velocidad sobrenatural.
Relámpagos se manifiestan, temblores se propagan por todo el reino, grandes ondas expansivas golpean a los presentes los cuales apenas y pueden mantenerse de pie, Eufrates dice:
—¡El poder de ambos es sorprendente! ¡Todo el reino colapsara!
En eso tanto el Inquisidor como Feral chocaron sus golpes al mismo tiempo con tanta fuerza que produjo una gran onda de choque, que no solo los empujó sino que también golpeó a todos los presentes sacándolos del reino de Los díoses, tan fuerte fue la onda que el reino se destrozó en pedazos. El Inquisidor aprovecho la oportunidad para saltar entre los escombros y le dio un gran puñetazo a Feral que este cayó en lo más profundo del omniverso que también estaba colapsando.
El dios de la eternidad el cual es semejante a una tortuga de tamaño titanico, con grandes colmillos en su boca, tiene grades garras en sus patas y una cola con una maza al final de esta. Su nombre es Pison. Esté uso su enorme caparazón para sostener a todos tanto a los Titanes como a los dioses y a los 24 Sesoidatam que sobrevivieron. Estigia hablo:
—El reino de los dioses ha sido destruido…
Eufrates también habló:
—A hora continuarán su lucha en el omniverso, tal parece que esto apenas es el comienzo.
Cirus el díos de la voluntad dijo:
—Si el Inquisidor ya no esta en sus dominios, entonces será más fácil liberar a las diosas.
Todos se vieron las cara y Jalber dijo:
—Es cierto, vamos…
Pison:
—Yo los llevo sujétense.
Mientras los dioses y Titanes se dirigen a los dominios del Inquisidor, Feral caía sobre las hyperdimensiones, por su parte el Inquisidor se aproxima hacia el. Feral logra frenar su caída y se defiende. Como un par de relámpagos los contendientes surcan el espacio tiempo, con cada golpe las explosiones son más potentes arrasando con realidades enteras, la furia de cada uno es incomparable en eso el Inquisidor deja de pelear y dice:
—Creo que te subestime híbrido, resultaste ser un gran contrincante.
Feral:
—Tu no lo haces nada mal, hace tiempo que no me sentía también peleando, dime ¿Es ese todo tu poder?
Inquisidor:
—No, apenas estoy calentando.
El Inquisidor convoca una gran lanza dorada, Feral convoca su mandoble y su escudo. Los dos reanudan su lucha, tajo, y punzadas se dejan ver seguida de poderosas ondas cortantes que arrasan todo a su paso, como un relámpago destructivo recorren todo el omniverso, dejando atrás un rastro de destrucción, en el medio de los tajos de los golpes el Inquisidor grita:
—¡Maldito híbrido! ¡Todo mi reino estaba bien hasta que tú llegaste!
Feral esquiva continua atacando mientras dice:
—¿Tu reino? ¡Tu solo eres un servidor de la creación! ¡Tu propósito es hacer que los dioses cumplan su trabajo! ¡Pero si lo hubieras echo bien los dioses no se te revelaran y los mortales no sufrieran!
El Inquisidor se llena de ira y grita con mucha furia:
—¡¡Cómo te atreves a decir que no hago mi trabajo bien!!
El Inquisidor crea un cantidad incontable de armas blancas, espadas, mazos, hachas, lanza de todo tipo, de todo los tamaños y de todos los colores el Inquisidor grita:
—¡¡Tu no sabes todo lo que yo he tenido que sacrificar para mantener a los dioses bajo mi puño!!
El arroja todas sus armas hacia Feral este por su parte grita:
—¡De nada sirve lo que perdiste si no lo honras haciendo lo correcto!
Feral con todas sus fuerzas lanza su ataque, un gran estela de color blanco con destellos morados, ambos ataques chocan con tal fuerza que al instante una hyperdimension desaparece y las demás colapsan por completo y lo que fue un omniverso bien estructurado, a hora son solo escombros hechos pedacitos, y en al inmensidad del espacio ambos contrincantes flotan listos para seguir con su lucha.
Inquisidor:
—Tu no sabes nada de mi, yo también soy un híbrido, como tú, pero a diferencia de ti nadie me ayudó a alcanzar mi potencial, tu crees conocer la soledad, tu no sabes lo que es soportar la carga que yo he llevado, estar junto a los dioses que tanto me detestan, pero yo soy lo único que se interpone entre ellos y la anarquía…
El Inquisidor concentra su energía y luego tomo el control de toda la materia y energía que está a su alrededor todo lo que alguna vez fue el omniverso a hora está bajo control del Inquisidor, luego rodea a Feral con toda esa materia y esa energía colosal y dice:
—Que todo el pesó del omniverso caiga sobre ti.
Toda la Materia y la energía caen sobre Feral a una velocidad inimaginable para la mente humana, la gran conmoción genera una fuerte explosión como un Big Bang infinito, la gran onda expansiva se siente en todo el SAMSARA.
En los dominios del Inquisidor todo retumba, la torre blanca cae, los dioses y los Titanes logran entrar y rescatar a Retza, Yami y María las cuales aparte de estar encadenas también están moribundas, Nix despierta a María, la cuál se asombra de verla y al instante pregunta por Yami, está por su parte es despertada por Jalber, la cuál también busca a su amada, ambas se ven y no pueden evitar abrasarse, pero las cadenas se lo impiden, Cirus trata de romperlas pero es inútil, por su parte jalber usa su energía antidivina y con mucho esfuerzo logra romper las cadenas, por lo que a hora las dos amantes pueden por fin darse sus besos y abrazos.
Por su parte el Inquisidor retira toda la materia y la energía solo para descubrir que Feral aún sigue con vida y a hora su armadura es reluciente.
Inquisidor:
—¡Es imposible ningún díos puede salir ileso de eso!
Feral:
—Yo no soy cualquier dios
El Inquisidor se enfada y vuelve a repetir el ataque a lo que Feral expulsa todo su poder para empujar la materia y la energía, un choque de poderes se manifestó, relámpagos, ondas expansivas y gravitacionales hacen que la maza se convierta en una pared entré los dos contrincantes, ambos empujan con fuerza hasta que Feral grita:
—¡Yo no sere derrotado por ti!
Feral da un poderoso tajo con su mandoble y cortando la pared que los divide el ataque es tan poderoso que alcanza al inquisidor y rompe su armadura por un costado. La furia del Inquisidor alcanza niveles nunca antes vistos y entonces convoca todo la energía que se encuentra en el reino de los dioses. Mientras que los dioses que se encuentra sobre el caparazón de Pison apenas y logran resistir la marea de energía a su alrededor, en eso Retza despierta y dice:
—¡Feral! ¿Dónde esta Feral?
Neyel:
—El está peleando contra el Inquisidor.
Retza:
—¡No¡ ¡Mi Feral!
El Inquisidor formó una gran nebulosa de energía lo que alguna vez fue el reino de los dioses internos y se la arroja a Feral. La gran maza de energía aplasta a Feral, esté siente como todo su cuerpo es abatido y comprimido, en eso Feral dice:
—¡Kiseki!
Un gran y poderoso brillo surge de su cuerpo haciendo que toda la maza de energía retroceda y se doblegue ante el. Entonces el Inquisidor llega hasta donde está Feral y dice:
—Yo también tengo una habilidad especial. ¡Watashi ni hirefusu!
El Inquisidor posa sus manos sombre Feral y al momento toda la energía de esté se vuelve en su contra causándole un gran dolor, Feral grita de dolor, sus gritos son desgarradores, relámpagos salen de su cuerpo mientras que el Inquisidor dice:
—Yo puedo manipular todos los tipos de energía, y mi habilidad especial me permite manipular la energía de cualquier ser sin importar su poder y doblegarlo ante mi, arrodíllate ante mi y te perdonaré, o muere por tu propia energía.
Feral se resiste pero el dolor es demasiado grande, entonces toda su armadura se cae hasta que pierde la transformación de dios y vuelve a sér un mortal nuevamente.
El Inquisidor:
—A hora que eres un simple mortal no podrás derrotarme…
Pero un poderoso golpe sorprende al inquisidor, tan poderoso es que el casco de este se rompe dejando ver su rostro. El Inquisidor queda atónito pues ve al que parece sér un mortal y dice:
—¡Es imposible! ¿Por qué es que sigues con esa fuerza?
Feral:
—Yo soy mortal, y los mortales luchan aún cuando la causa está perdida, creen aún cuando ya no hay nada en qué créer, aman aunque no sean correspondidos, y viven como si nunca fueran a morir. Pero también Soy un dios y los dioses son poderosos, incansables, capaces de hacer cosas inimaginable, pero vivien como si fueran a morir mañana, los mortales quieren ser como los dioses y los dioses como los mortales pero yo soy lo mejor de ambos, yo soy Feral de la tierra, yo soy Feral el díos de los milagros, yo soy Feral…
Al instante la armadura de Feral se restaura pero está vez es diferente, pues cubre todo su cuerpo, dándole la apariencia de un hombre metálico, con rasgos de lobo, la armadura brilla con una intensidad mucho mayor, como si estuviera echa de estrellas, a demás también porta una gran lanza, el mango y la empuñadura es de diamante, pero la hoja es de color amarillo intenso, como si estuviera hecha de Fuego.
El Inquisidor una vez más se dispone a usar su habilidad especial sobre Feral pero está vez no tiene ningún efecto es entonces cuándo Feral dice:
—Ya tu poder no tiene ningún efecto sobre mi, yo he evolucionado.
Como un relámpago Feral atraviesa el cuerpo del inquisidor haciendo que esté quedé gravemente herido, entonces Feral dice:
—Se acabó
Feral apunta su lanza hacia el Inquisidor y una gran estela de energía sales de esta, dicha energía consume al Inquisidor por completo, la energía crece hasta volverse una gran ráfaga que surca el espacio tiempo…