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Chapter 4 - Capítulo II - Aephonium (1/2)

¿Q-qué pasó?… En un momento me quedé dormido y no supe lo que había pasado… Mejor despierto ya.

Abro mis ojos lentamente, e inmediatamente supe que me encontraba en mi habitación, acostado en mi cama. Volteo a los lados, y me encuentro a mis padres y a Elizabeth.

—¡Noire, despertaste! — Dijo mi madre, totalmente preocupada.

La miro todavía somnoliento, para luego sonreír serenamente y cerrar un poco los ojos.

—¿Qué sucedió?…

—Cielos, todo fue mi culpa por querer enseñarte magia a tan temprana edad. Lo siento mucho, cariño — Dijo mi madre, mientras acariciaba mi frente.

—Stella, ¿intentaste enseñarle magia a Noire? … — Preguntó mi padre, preocupado.

—S-si… Pero… ¡No lo creerás!… L-logró conjurar una corriente de agua bastante rápida.

—Cielos… Aun así, debemos esperar a que su tutor llegue, y lo sabes perfectamente — Dijo mi padre, regañando a mi madre.

—S-si… Lo siento mucho, Lazarus. Me dejé llevar por el momento.

—¡Papi, Noire ya pudo hacer magia a su edad, ¡yo apenas puedo controlarla con 10 años!

—Elizabeth, querida… Sabes que la magia es muy complicada, vas por muy buen camino, pronto serás una magnífica hechicera — Dijo mi padre — Noire, ¿estás bien, hijo mío?

—Si, papá… Solo me siento algo cansado…

—Entonces descansa todo lo que quieras. Si nos necesitas solo llámanos y vendremos inmediatamente.

—Gracias, papá.

—Descansa, cariño — Dijo mi madre, con una linda sonrisa en sus ojos, mientras me besaba la frente.

Cerré mis ojos nuevamente, y en cuestión de segundos me quedé dormido otra vez. Supongo que a mi edad todavía no tengo el maná suficiente como para empezar a conjurar hechizos así. Sobre todo, una corriente de agua, cuando Elizabeth a sus 6 años apenas podía conjurar diminutas piedras.

Tal vez… Al no tener suficiente maná, el cuerpo consume su propia energía para convertirla en lo que falta y poder conjurar el hechizo… Debo tener mucho cuidado con eso a partir de ahora. Cielos, esto se pone muy interesante.

Me despierto nuevamente, esta vez ya con toda mi energía repuesta, y listo para seguir explorando este nuevo mundo. Me siento en mi cama, y me veo en un espejo que tenía en frente.

—Vaya… Hace tiempo que no me veía a un espejo. No recordaba mi apariencia…

Observaba mi larga y lacia cabellera blanca, mis ojos color ámbar, orejas puntiagudas y una apariencia general muy andrógina. Ahora entendía el por qué pensaban que era una chica…

Espera… ¿Acaso soy de aquellos chicos tan lindos que cualquiera pensaría que es una chica?… Mi largo cabello, mi refinada cara, mi delgado cuerpo… Realmente las personas creerían que soy una niña, no sé si estar feliz con esto, pero no me desagrada, espero seguir siendo así de lindo cuando sea mayor, je, je…

Me levanté de mi cama, y me vi en el espejo un poco más de cerca, mientras sonreía un poco y jugaba con mi cabello.

—Vaya… Parece que aquí no hay construcciones sociales sobre el cabello de los hombres y las mujeres, incluso mi padre tiene el cabello largo, aunque recogido. Tampoco es que quiera cortármelo, me veo como alguien que desearía ser en mi otra vida, alguien que nunca había podido ser, un mítico elfo usuario de magia…

Debo disfrutar esta vida al máximo. Me sentía muy cómodo con mi apariencia. Normalmente a los niños se les cortaba el cabello de pequeños, pero ese no fue mi caso.

Tener el cabello tan largo hasta la espalda, refinaba mi apariencia, y gracias a mi delgada cara con rasgos finos, parecía como un hermoso elfo de esos cuentos de hadas y animes que tanto me gustaban. Quién pensaría que alguien como yo reencarnaría en un elfo…

—Bien, seguiré explorando un poco más.

Salí de mi habitación y empecé a caminar por los pasillos, era pleno día, así que normalmente mi padre estaba en su oficina junto a Mainard, y mi madre estaría cocinando o charlando con sus amigas, y mi hermana en clases con su tutor. Me parece algo extraño que me dejen tal libertad teniendo 4 años, pero supongo que, al tener padres estrictos y sobreprotectores en mi otra vida, veía las cosas de diferente manera.

Caminando por mi casa, llegué a la sala de estar, donde se encontraba mi hermana junto a su tutor, enseñándole lo que parecía ser matemáticas básicas. Solamente eran sumas y restas sencillas, Elizabeth parecía dominarlas sin mucho problema.

Seguí caminando y encontré una especie de biblioteca, o eso creía. Muchas estanterías llenas de libros. Observé el lugar mientras caminaba hacia él lentamente. Al estar un poco despistado, me tropecé con un libro que había en el suelo, pero no llegué a caerme.

Veo el libro que estaba tirado en el suelo, y al recogerlo, lo abro y me doy cuenta de que había extraños círculos y símbolos, además de dibujos de… ¿Elementos?… ¿Era esto acaso un libro de magia?… Parece que finalmente podría aprenderla por mi cuenta, pero… No sabía leer este idioma. Aunque lo intentara, era imposible entender una sola palabra, así que tomé aquel libro y me fui rápidamente a mi habitación, dejándolo un poco escondido.

Luego de unos segundos, alguien toca la puerta un par de veces, para luego abrirla y entrar. Era mi mamá, quien me traía una pequeña bandeja con un vaso mediano.

—Noire, cariño. Te traje un regalo.

—¿Un regalo?…

—¡Si, es una increíble bebida, es muy sabrosa!

—¿Qué es?

—Mira, se llama batido de Anaba.

—¿Anaba?

—Sí, es una fruta bastante dulce, se utiliza para hacer estas deliciosas bebidas. Una amiga hizo mucho y me regaló un poco. Bebe, bebe.

Mi mamá me da la taza, a la espera de que tomara un trago para probar esa tal "Anaba". Me dijo que es una fruta dulce, así que me espero algo como un melón, una pera o una manzana.

Sin dudar, tomo el primer trago, e inmediatamente reconozco ese sabor… Vaya, simplemente es un batido de plátano dulce. De pequeño mi antigua madre preparaba mucho eso, era de mis favoritos, y beberlo nuevamente me prende esa nostalgia. Está muy sabroso, tenía años sin probar nuevamente este batido.

—¡Vaya, está muy delicioso!

—Si—Dijo mi madre, mientras reía tímidamente — ¡Noire, mírate!

—¿Eh?…

Me veo al espejo, y como le pasaría a cualquier niño, un bigote se me había formado con el batido, mi mamá parecía estar muy feliz con este momento, igualmente yo… Era revivir aquellos tiempos de mi niñez, donde pasaba lo mismo con los batidos y la leche con chocolate…

Me empecé a reír junto a ella, mientras me llevaba a sus brazos y me abrazaba con suavidad y me acariciaba mi larga cabellera.

Ya había pasado un año desde entonces, fue mi cumpleaños número 5, y apenas pasó la pequeña reunión familiar, mi padre ya había contratado a quien sería mi tutor hasta los diez años.

El sistema de tutores funciona de la siguiente manera: Un niño es elegible para tener un tutor a partir de los cinco años, siempre y cuando se tenga el dinero necesario. El tutor es elegido según las capacidades ya vistas del niño. En mi caso, al poder conjurar magia desde los 4 años, se necesitaría un tutor más experimentado en el campo.

El tutor estará conmigo un lapso de 9 años, hasta mi cumpleaños número 14. Entonces, se irá y esperará a ser contratado nuevamente. El tutor les enseñará a los niños cosas básicas como leer y escribir el idioma de este mundo, matemáticas, algo de historia y geografía de Aephonium.

Durante esos 9 años, el tutor estará dando sus clases 5 de los 10 días de la semana, durante 6 horas con descansos entre ciertas partes. Oh, lo olvidaba… En este mundo una semana son 10 días, no son 12 meses, sino 10, y cada mes tiene 40 días, así que aquí un año dura 400 días.

Para poder ganarse el título de tutor, se debe estudiar en una academia en la que luego de presentar un examen, si se aprueba, realizan una graduación, entregando el título y siendo elegible para empezar con el trabajo. Es una vía muy segura de ganarse la vida para aquellos que sepan todo lo básico y puedan enseñarlo… Tal vez sea ese mi camino.

—Noire, ¿cómo te sientes, cariño? — Preguntó mi mamá.

—Mamá… No lo sé, ¿cómo siempre? — Dije, mientras sonreía tímidamente.

—Ahem, ahora tienes 5 años, cariño. Debes prepararte para cuando llegue tu tutor, ¿está bien?

—Si, mamá.

—Bien, llegará mañana, así que espero estés despierto. ¡No te quedes dormido, que te conozco!

—Ehehe… S-sí, lo entiendo…

Cielos… Incluso aquí duermo tanto… Debo estar listo para el día de mañana, llegará mi tutor y empezará con las clases. Esto es prácticamente entrar a la escuela nuevamente, solo que, sin compañeros molestos, y solo un profesor dedicado completamente a ti.

Bien, espero que sean mis 9 años más entretenidos. Ojalá sea mi tutor un hombre bestia, o alguna raza excéntrica de fantasía, una chica gato… Ehehe… N-no, basta.

Sin más, me dormí rápidamente, parecía que no, pero estaba realmente cansado por la fiesta. Aquí no se hace pastel para celebrar, sino que se cocina un banquete bastante grande. Es lo más similar a las comidas típicas de navidad, con la cabeza de cerdo y la manzana en su boca… Además, mi mamá me trajo muchos batidos de plátano dulce, fue un gran día…

—¡Noire, despierta!

—¡Noire!

Abro los ojos lentamente, y me encuentro con mi hermana mirándome fijamente, con una expresión seria, pero luego parece no contenerse, y empieza a reír con diversión.

—¿E-eh?… ¿Eli… Q-qué es tan divertido?

—No es nada, verte fijamente hizo que me riera… No es nada de ti—Dijo Elizabeth, mientras reía todavía.

—Bueno… ¿Por qué vienes ahora?

—Hermanito, ¡ya casi llega tu tutor, prepárate!

—¡Cierto! Gracias por recordarme, Eli.

—Hum, no tienes que agradecerme — Dijo Elizabeth, mientras adoptaba una postura triunfante y una sonrisa en su rostro — Mejor abrázame.

—¿Qué?…

—¡Que me abraces! — Dijo Elizabeth, con sus brazos abiertos hacia mí, y una gran sonrisa en su rostro.

—Está bien.

Me acerqué a ella y le di un sincero abrazo. Ella me acarició la cabeza y luego se separó de mí, bajándose de mi cama y ofreciéndome su mano para salir del cuarto.

—¡Ven, recibamos a tu tutor con una sonrisa!

Miré a Elizabeth sorprendido, para luego sonreír fervientemente y levantarme de mi cama y tomar su mano.

—¡Si!…

Allí estábamos, mis padres, Elizabeth y Mainard, en la entrada de nuestro hogar, esperando por quien sería mi tutor durante 9 años. Estábamos todos afuera, como una familia que se despedía de alguna visita.

Pasaban varias carretas, pero ninguna era en la que venía mi tutor. En la carta mi padre especificó que vendría acompañado de un par de caballos blancos, un diseño típico de… ¿Shamai? Tal vez sea algún país, o algo similar.

Ya estoy muy ansioso de conocer a mi tutor, ¿cómo será? ¿Será una chica, un chico, un señor? ¿Cómo será su personalidad? Aahh… Creo que mejor dejo de pensar demasiado y espero al momento en que llegue.

Luego de esperar al menos unos 5 minutos más, noto a la lejanía una carreta con las características que mi padre había dicho, un par de caballos blancos y el diseño típico de Shamai, aunque es muy similar a la arquitectura y arte oriental.

—Mamá, ¿es esa carreta la de mi tutor?

—Oh, ¡tienes razón, Noire! Ya está a punto de llegar.

Mi mamá me había preparado y vestido para la ocasión, aunque había elegido algunas ropas que ella usó de pequeña… ¿Por qué todavía conserva eso? ¿Acaso también se lo colocó a Eli?

Veo a Elizabeth, quien trataba de contener su risa mientras me veía con las ropas que usaba mi mamá. Simplemente la miré por un momento, le dirigí una pequeña sonrisa y volví a ver al carruaje, que estaba cada vez más cerca.

Finalmente había llegado el carruaje, los dos caballos pararon, y la puerta se abrió lentamente, saliendo de él una figura alta y delgada. Era mi tutor, creo.

Del carruaje aparece un chico alto, de cabello azul con un gran mechón tapando parte de su cara, ojos violetas, piel blanca y lo que más me llamó la atención, tenía dos cuernos que salían de su frente, pero uno de ellos estaba roto.

¿Acaso es un oni? De esos maestros de la espada, ¿misteriosos, rápidos y habilidosos? Tenía una capucha que tapaba gran parte de su cabeza, pero al hacer contacto con nosotros, se la quitó, revelando su apariencia por completo.

Vaya, también tiene orejas puntiagudas. ¿Es que aquí todos tienen orejas así? También tenía un par de aretes con alguna forma peculiar, y estaba vestido con algo similar a un kimono oscuro. Su cabello es de un color azul oscuro casi violeta, y tiene una tranquila sonrisa en su rostro.

—Tú debes ser Shin, ¿cierto? — Dijo mi padre.

—Así es, señor Lazarus. Me presentaré debidamente, mi nombre es Shin Aozaki, soy un oni recién graduado de la academia de maestros Klasarth.

—Un gusto conocerte, Shin — Dijo mi padre, con una sonrisa en su rostro— Ahora serás el tutor de Noire.

—Igualmente, señor Lazarus. ¿Así que seré el tutor de esta pequeña tan encantadora? Estaré agradecido de poder enseñar a una gran familia como ustedes.

—Oh, mi pequeño Noire es un chico — Dijo mi madre, con un tono un poco nervioso.

Shin se sorprendió al escuchar a mi madre, pero no lo puedo culpar, después de todo ella fue quien me vistió así, y gracias a mi apariencia cualquiera me confundiría con una chica.

—¡M-mis disculpas, pequeño Noire, no volverá a suceder!

—Oh, tranquilo, Shin. Todos lo confunden con una chica, es muy lindo mi Noire — Dijo mi mamá, con una tierna sonrisa.

—Bien, ahora que has llegado, ¿por qué no vamos dentro? Te enseñaré el lugar, Shin — Dijo mi padre.

—Por supuesto, señor Lazarus.

El carruaje se retiró y todos entramos nuevamente a casa. Vaya, quién pensaría que mi tutor sería un oni, esos demonios tan habilidosos… Parece que será un buen profesor, confío en él.

Mi padre fue a enseñarle el lugar a Shin, pues a partir de hoy vivirá con nosotros durante 9 años, mientras me enseña todo lo básico para poder valerme por mí mismo. Debe ser alguien superdotado, gracias a que pude hacer mi primer hechizo a los 4 años, debían asignarme a alguien que estuviera a la altura de poder darme una enseñanza de calidad.

Luego de unos 20 minutos de espera en la sala de estar, llegan mi padre y Shin, listos para empezar con mis clases. Era como estar nuevamente en la primaria, aunque ahora será mucho más fácil, solamente debo aprender rápido el idioma.

—Bien, Noire. A partir de hoy seré tu nuevo tutor. Espero que nos llevemos muy bien — Dijo Shin con una sonrisa en su cara.

—Igualmente, profesor Shin.

—Me dijeron que lograste hacer tu primer hechizo a los 4 años. Eso es muy raro, en el buen sentido. Puedes contar con los dedos de tus manos los casos similares al tuyo.

—¿Es tan extraño eso?

—Si, tal vez estés al nivel de un genio y todavía no lo hemos descubierto, pero luego empezaremos con la magia. Por ahora estaré enseñándote a escribir y a leer.

—Está bien.

—Bien, traje varios libros que te ayudarían a estudiar y a mejorar en muy poco tiempo. ¿Empezamos?

—¡Si!

Shin trajo varios libros, que todavía no podía entender, pero esperaba poder leerlos cuanto antes. Algunos de ellos parecían los típicos libros para niños. Así que incluso aquí tienen su sistema educativo según edad, aunque en este mundo son solamente 9 años, creo.

Shin me enseñó que el idioma de este mundo se llama Aephono, supongo que es el equivalente al inglés. También me dijo que no solo existe ese idioma, hay 6 continentes y cada uno tiene su propio idioma local, pero que el Aephono igualmente es usado mundialmente.

El continente en el que estoy es Xaberus, hogar de todos para todos, así lo describió… Supongo que se refiere que en este continente no importa la raza que seas, igualmente eres bienvenido, aunque es principalmente el continente humano. Eso explica por qué hay pocos elfos como yo y mi familia en esta aldea.

También está el continente Auhand, hogar de los hombres bestia y la raza mitad bestia, con eso me enteré de la existencia de ellos, no puedo esperar a verlos, qué intriga…

Driphios, nación real de los elfos. Supongo que de ahí vienen mis padres. Shin me explicó un poco sobre ellos, son bastante orgullosos y no dejan entrar a cualquiera a sus bosques llenos de naturaleza. Pueden llegar a ser muy serios, solitarios y misteriosos.

Zaishari, tierra de los demonios. Generalmente los demonios están aislados de los demás continentes, debido a algunas guerras y disputas, y aunque ahora estén en paz, siguen viéndose como un peligro. Son muy bélicos y poderosos.

Straimoth, país de los monstruos. Aunque suene como algo terrorífico, realmente la mayoría no son temibles bestias, todos están bastante humanizados, lo que me llevó a pensar inmediatamente en… ¡Chicas monstruo! Espera, no es momento de pensar en esas cosas, debo atender a la clase.

Y, por último, Shamai, es un continente pequeño, pero es hogar de los oni, y es de donde viene Shin. Realmente me interesa ese lugar, parece que es el equivalente a la cultura oriental…

—Bien, eso es lo básico sobre los diferentes continentes de nuestro mundo. ¿Te quedó claro?

—¡S-sí!

Realmente le escuché poco… Cielos, estuve imaginando cómo serían las personas de los diferentes continentes… Estoy bastante intrigado, en mi otra vida no me interesaba mucho salir de aventura, pero aquí sí que me encantaría visitar muchos lugares.