Unos días después, luego que Hinata Hyuga golpeaba a su padre y tío por una hora para calmar su enojó.
La heredera del Clan Hyuga, estaba mirando el distrito Hyuga por la ventana del tercer piso del santuario.
El tercer piso del santuario solo tiene algunas habitaciones lujosa y una enorme oficina con todo tipos de lujos y reliquias del clan Hyuga que decora la oficina.
Ni el patriarca, los ancianos o ella usaron esta oficina, ya que no era necesario por el momento, y solo fue construida para mostrar la fortuna del clan Hyuga a los invitados distinguidos.
Hinata vestía un hermoso Kimono coloridos de tonos azules y su cabello corto hasta los hombros.
"Señorita Hinata, este fue el informe que fue entregado a lord Hokage."
Yuki entro a la oficina con dos pergaminos en sus manos.
"Eh~"
Hinata miró a la ligera el primer pergamino, mostraba fotos y nombres de diversos niños y niñas del clan Hyuga de 9 a 11 años.
La gran mayoría de esto niños son simple civiles del distrito Hyuga y solo 1/4 de la niños en el pergamino están en la academia Ninja.
Más que suficiente para distraer al Hokage y los altos funcionarios, Hinata se burló en su corazón e imagino unos anbu vigilando en vanos a estos niños.
Aunque también sintió un poco de penas por usar estos niños como distracción y más a su primo Neji que está de primero en la lista.
"Y esta es la información que pidió, señorita Hinata."
Yuki entrego el otro pergamino y no preguntó porque su maestra quiere está información.
Hinata se ánimo un poco y miró el otro pergamino.
"Pais de los demonios, la supuesta leyenda de un monstruo al mismo nivel que una bestia de cola y la sacerdotisa Shion."
"El clan Hyuga le costó una fortuna por esta información, espero que no sea falso."
Hinata Hyuga cerro los ojos por un momento y luego miró a su sirvienta personal.
"Yuki dile a los cuatros equipos que vigilen el santuario, nadie sale o entra en una hora. También te pido que no entres a esta habitación sin importar lo que pase aquí dentro. ¡No escuchaste o viste nada!"
Yuki se sorprendió, normalmente su señorita se comporta como cualquier niña, pero hay ocasiones que siente que es otra persona.
"Como ordené mi señorita Hinata..." Yuki salió de la habitación.
Hinata miró al espalda de su sirvienta y negó con la cabeza.
"Leviathan..." Susurró Hinata.
"Jejeje, mocosa tonta, al fin vas a cumplir nuestro acuerdo."
La marca debajos de sus ojos se abrieron mostrando unos ojos burlones y una de su mejilla aparece una pequeña boca con una sonrisa burlona.
"¡No soy una mocosa, tengo un nombre." Hinata apretó sus puños con fuerza.
"Niña tonta, así es como me trata, no interrumpir tu cita con ese niño. Incluso tuve tentado tomar tu cuerpo y...."
"¡Maldito demonio, cállate tu asquerosa boca!" Gritó Hinata enojada, no quería escuchar las tonterías de ese demonio.
"Fufufu, tan temperamental como siempre, yo cumplí mi palabras, solo falta cumplir tu palabra niña tonta." Se burló Leviathan mostrando sus dientes blancos.
Hinata Hyuga no quería gastar su salud mental hablando con este demonio.
"Recuerda nuestro trato, solo tiene una hora usando mi cuerpo, no atacara a mi clan, la aldea o Naruto. En el momento que dejas un pies fuera del país de los demonios antes la hora establecida tomaré automáticamente mi cuerpo. ¡Esta claro!"
Hinata Hyuga no quería hacer este trato con este demonio, pero como no encontró en los últimos tres tres años a alguien parecido a Naruto como alimento fue amenazada por este demonio por contralar su cuerpo y atacar a Naruto.
"Bien, no haré nada a tu familia, amante y tu país por este greve tiempo" Dijo Leviathan entre risas.
"Bien, toma mi cuerpo..."
Hinata no termino de hablar cuando unas líneas tribales de color negro se dibujo en sus rostros y todo su pequeño cuerpo.
"Eh, ha pasado años desde que tome este cuerpo. Ahora es más fuerte que hace más 4 años."
"Es una lástima que apena pueda usar mi energía. Esa mocosa no se atreve usar mi energía maldita. Bueno, con mi estado actual, destruir este mundo no es demasiado dicifil."
Leviathan se miró en el espejo de la oficina y acarició su barbilla. Tiene la piel blanca como la nieve y esa líneas negras en su rostro resalta su belleza, sus ojos blancos y rojos eran demasiado llamativo y su túnica azúl oculta su esbelta figura.
Para Leviathan ser hombre o mujer no le importaba.
"Pais de los demonios, eh, ¿En donde queda ese país?"
Leviathan dejo que mirarse en el espejo y giro la cabeza para ver el enorme mapa mundial en la pared de la oficina.
"En parte occidental del continente, lejos de las grandes aldeas Shinobi. Después de cruzar el país del hierro debo cruzar 4 países más para llegar a mi destinó." Susurró Leviathan mirando con sus cuatro ojos el enorme mapa.
"Un monstruo parecido a las bestias con colas, interesante." Leviathan miró el pergamino y luego el mapa.
"Vamos"
Leviathan palmeó sus manos.
"Auge"
Un sonido fuerte resonó en la mansión.
Yuki en el pasillo acompañada con un grupo de niños, miraron la oficina sin atreverse a entrar o abrir sus ojos blancos.
Un silencio incomodo lleno el pasillo.
....
País de los demonios, capital sagrada.
El país de los demonios, es un país teocrático gobernada por la gran sacerdotisa.
En la santa y bulliciosa capital, en el templo sagrado un grupo de guardias y sirvienta siguen con desesperación a una niña de 10 a 11 años.
Ella tiene los ojos claros de color lavanda, y el pelo rubio claro que cae más allá de su cintura, que le mantiene atado al final con un arco. Lleva un corsé blanco, con una chaqueta de color amarillo mostaza, que se ve un poco grande para ella, y pantalones de color rojo.
Ella es Shion, la sacerdotisa del país de los demonios y la máxima autoridad del país.
La niña corría con desesperación y sus ojos lavanda mostraba una flor de loto.
Sus ojos podía predecir la muerte de alguien, es una mecanismos de defensa para protegerse y evita su propia muerte.
Lo que vio no es una sola persona morir, sino todo el país de los demonios complemente con destruido e incluso ella misma no podía salvarse de ese demonio.
"No, No, No..."
La pequeña niña lloraba mientras se acercaba al jardín delantero.
Los guardias y sirvientas no entendían lo que estaba pasando a su maestra que comenzó a llorar de la nada. ¡Estaban preocupado por el frágil cuerpo de la sacerdotisa!
"Auge"
Finalmente, con un ruido ensordecedor resonó por toda la capital.
El enorme impacto creó una poderosa corriente de aire que arrasó con todos los casas, los árboles y rocas circundantes.
Las personas de la capital fue tomada por sorpresa, y en sus rostros apareció un miedo profundo y desconocido.
"Auge"
"Auge"
De repente estalló un impulso extremadamente opresivo.
Las ondas se extendieron desde la capital, impactando violentamente hacia afuera, destruyendo el majestuoso tranquilidad de la capital.
Los civiles en el capital estaban presionados como una montaña y no podían respirar, y una gran cantidad de piratas cayeron en un instante.
El cascabel que tiene Shion en su cintura creo un escudo luz brillante, protegiendola del aura asesina.
En el palacio solo quedaron de pies los guardias Shinobi y la pequeña Shion. Los sirvientes estaban en el suelo con espuma en las bocas y los ojos en blancos.
Shion miró el cielo con horror, no solo ella lo vio sino todos los civiles que aún están concientes en la capital miraron con miedo el cielo.
Las fluctuaciones de energía en el aire se volvieron cada vez más intensas, e incluso las nubes en el cielo parecieron destrozadas por esta fuerza.
Shion vio una pequeña figura flotando en el cielo.
Leviathan con una sonrisa sonrida miró la bulliciosa ciudad con sus cuatros ojos.
"Vamos a divertirnos."
Leviathan realizó algunos movimientos de taichi con sus manos con elegancia.
"Destruccion celestial: Golpe de rueda oscura."
Un vórtice violento de color negro del tamaño de una manzana apareció entres sus manos.
"Auge"
Había una presión invisible en el aire que hacía que la gente se estremeciera.
Las cosas circundantes parecieron estar bajo un gran impacto y comenzaron a temblar. Las hojas cayeron una tras otra, la tierra se partían y rugieron, y el cielo pareció desgarrarse, con nubes oscuras, truenos y relámpagos.
"Mueran..." Dijo Leviathan con gran indiferencia.
"¡No lo hagas, nos rendimos!"
La voz de una niña resonó entre los rugidos de tierra y cielos.