Roberto se sorprendió al ver que el Señor le había agarrado la pierna y los golpes no le habían hecho ningún rasguño inmediatamente se preparó para ser estrellado, pero al contrario el señor lo puso de pie.
Hijo, ¿Vas a recoger lo que tiraste? - El Señor miró a Roberto con una mirada sin expresión mientras se acercaba a él.
¡¡N..no lo haré!! - Roberto intento disimular su miedo, pero el Señor lo abofeteo una y otra vez durante un minuto.
Lo volveré a repetir, ¡¿Recogerás lo que tiraste?! - El Señor agarro de la camisa a Roberto.
S..Si, Señor. - Después de haber sido humillado y experimentado la fuerza del Señor, todo rastro de orgullo se fue de él y inmediatamente se dirigió a ayudar en lo que pudiera a los vendedores junto a sus amigos.
Gra....¡¡Gracias!! - Carlos le agradeció al Señor y se arrodilló ante el.
Chico levante - El Señor se agachó para ayudar a Carlos.
No sé preocupe, está es la única forma de agradecer que me haya salvado dos veces este día. - A Carlos no le importaba estar arrodillado ya que Roberto siempre lo ponía así, pero la diferencia es que esta vez el quería hacerlo como muestra de su agradecimiento.
No es nada chico, aunque si me permites quiero preguntarte algo. - El Señor levanto a Carlos y lo puso de pie.
¡Claro! - Carlos se enderezó frente a el Señor.
¿Porqué te estaban persiguiendo? - El Señor levanto una ceja.
Bueno, es que creen que yo le dije al profesor que habían copiado. - Carlos se puso nervioso mientras lo contaba.
¿Y es verdad? - El Señor volvió a levantar una ceja mientras le preguntaba.
Bueno Señor, ¡Ellos me han molestado desde que comenzaron las clases y pensé que si sabía la escuela que copiaron iban a ser expulsados!, pero ya vio como terminó todo. - Carlos le dió un golpe con todas sus fuerzas a la pared que tenía atrás.
Jajaja, Eres muy divertido Joven. Primero que todo mi nombre es Gabriel Monroy, pero me puedes llamar solo Gabriel. - Gabriel le ofreció la mano a Carlos.
Segundo, Yo soy un maestro de artes marciales si quieres aprender a defenderte ve a mis clases. - Gabriel se despidió de Carlos y se fue por dónde había llegado.
Que un Maestro de artes marciales, ¿Puede romper una pared de concreto? - Carlos estaba muy impresionado por la declaración.