Pude sentir y hasta oír como mis huesos crujían.
—Puaj!
Escupí una bocanada de sangre y saliva casi de inmediato, pero no me di la libertad de perder más tiempo y atraje las notas púrpuras hacia mis heridas.
El grupo de personas se acercaban corriendo en grupo aunque tensos por el gran monstruo detrás de ellos.
Me levanté de los escombros derrumbados por mi impacto y rápidamente conjure un arco de maná puro, soltando una flecha hecha a partir del mismo casi al instante.
Teledirigida, paso a través del grupo, esquivando a cada uno de ellos hasta elevarse e impactar con uno de los 7 ojos de la bestia.
—RIOOOOAAARRRRRWWW
Un alarido ensordecedor soltó, aunque más que de dolor parecía de molestia.
Claro, la flecha no perforó, simplemente la punta de quedó atorada en la retina ocular.
Mierda.
Agitó su espada nuevamente con violencia y fuertes ráfagas de viento fueron desatadas sobre todos nosotros. Yo, al mismo tiempo que reforzaba mi cuerpo con maná, ancle mis pies al suelo buscando no salir disparado por la potente vorágine.
Una gran nube de polvo y escombros se alzaron sobre mi cabeza, y mi atención se desvió momentáneamente hacía el grupo, quienes habían desatado una serie de hechizos de barreras.
Un atisbo de preocupación se escendio en algún lugar de mi mente, preocupación por esas personas atrapadas en la batalla.
Mas no pude dedicarles más atención que esa debido a que mí situación no era la ideona para preocuparme por alguien que no sea yo.
Resistiendo el abatimiento del viento, comencé a idear una forma de poder abrirme camino hacía la bestia, visualizando las funciones de los hechizos dentro de mi Arsenal y como utilizarlos para no agravar mi situación.
Comencé a avanzar a paso lento, luchando por no caer presa de los vendavales, fui manipulando el mismo aire frente a mí para acercarme hacia mi objetivo a matar.
El viento cesó con un último agotamiento del gran espadon. La bestia pareció comenzar a buscar algo con la mirada, ya que sus ojos se movían de un rincón al otro, con una sed de sangre tangible puesto sobre los mismos.
Varios halos de fuego se dispararon hasta colisionar con el corpulento esqueleto de la bestia, pero estos se dispersaron al primer contacto, como si nunca hubieran existido en primer lugar.
"Seguramente haya sido alguno de ellos" me dije mentalmente, sin querer despegar mi atención de la monstruosidad frente a mí.
Sin embargo, el "Ludwig" comenzó una carrera como alma que lleva al diablo hacia los aventurados que aparecieron aqui después de mí.
—No!
Grité, empezando una carrera tratando de alcanzar a la bestia, sin embargo, me aventajaba en la distancia que podía recorrer paso a paso debido a su tamaño, y, para colmo, su velocidad era demasiada para su constitución.
Conjure varias estalactitas de maná y las dirigí hacia sus talones –sus 7 talones– y estas se clavaron, mas solo fue algo superficial ya que siguió su maratón como si nada.
"Morirán" dije para mí adentros.
No habían sido capaces de siquiera hacer mella en el cuerpo de la bestia, y esta misma se dirigía hacia ellos en una embestida que ninguno sería capaz de frenar.
¡Swoosh!
Mas grande fue mi sorpresa cuando un fuego negro cubrió todo el alto del monstruo, devorandolo poco a poco.
—¡Vayanse! ¡Mi mana se está gastando a trompicones y no voy a ser capaz de aguantar ir mucho!
Fue un acto valeroso cuanto menos, pero yo, sólo perdí de mi eje de concentración al grupo.
Mis ojos se clavaron como dagas en elanto negro violáceo que devoraba a Ludwig.
Podía verlas brillar. Las motas de maná de tipo fuego gradualmente alteradas, con su constitución deformada que le hacían tomar esta forma de destrucción.
La analítica no me salió a la primera, lo admito, pero la práctica siempre se me dio de lujo.
Un nuevo manto de llamas negras envolvió al engendro desde su retaguardia, con más potencia que las que lo atacaban por el frente.
Eran mis llamas.
No perdí tiempo y potencie con más maná las llamas oscuras, las cuales comenzaron a devorar la carne de su presa, presa la cual sólo chillaba de dolor. Su regeneración simplemente no lograba igualar el daño causado segundo a segundo.
Sin embargo, esto simplemente no.psrecia ser suficiente para que este monstruo se detuviese, ya que a pesar de estar siendo consumido a gran velocidad, seguía avanzando sin importar.
Repeti estrategias.
Tense la cuerda del arco recién conjurado de maná sobre mis manos, a su vez que una flecha construida a partir de esta misma llama negra, bueno, era una gran concentración de poder.
El calor generado comenzaba a distorsionar mi campo de visión, sin embargo, mi objetivo era tan grande que podría disparar a quemarropa si quisiera...
Solté.
La flecha rompió el aire, recorrió el espacio hacia el monstruo como si de un solo centímetro se tratara, colisionó y, con facilidad, el monstruo se vio completamente engullido por las flamas.
El cielo volvió a tornarse de un color blanco, indicando que la prueba había sido superada con éxito.
Y, en lugar de haber reaparecido aquella bestia normalita que había spawneado en la vez anterior, un pequeño collar de un material negro se dio a conocer donde la bestia dio su ultimo suspiro de vida.
—¡¿Un drop item?!
Exclame con emoción, yendo a agarrarlo para inspeccionarlo.
una vez lo tuve en mis manos, pude notar una gran corriente de mana recorriendolo, al mismo tiempo que aquellas motas purpuras parecían constituirlo casi al mismo nivel que su material de origen.
Lo guarde para mí, con la intención de más tarde estudiarlo a fondo y, como si fuera por arte de magia, mi cuerpo se derrumbo hacía el suelo.
Caí de espalda a la dura roca con un golpe seco, levantando algo de polvo en mi choque.
Me dí cuenta de que los demas se me acercaban cuando escuche varias pisadas haciendo eco cada vez más cerca de mí. Gire la cabeza un poco y pude ver como el pequeño grupo de exploradores que entraron siendo 4, dos venían cubiertos de sangre y desprovistos de vida.
En cuestión de menos de un segundo me sente en el suelo, siendo tomado por sorpresa por el dúo de cadaveres.
—C- cuando?
No sabía que decir, digo, ni siquiera tenía noción del momento en el que habían perecido.
—Fue justo despues de que tu lanzaras tu fuego del alma.. El monstruo se revolvio como loco y llego a impactarlos en algún punto.
—Lo siento..
Quería demostrar algo de tristeza, o respeto por los muertos, pero no tenía idea de como hacerlo.
Sin embargo, uno de los cadaveres llevaba un par de cuernos que sobresalian alrededor de 3-4 centimetros desde su sien.
Las palabras de Seris volvieron a mi mente como recuerdo fugaz: —Nunca te quites ese collar, dejara al descubierto tus cuernos y eso no pued epasar— o algo así habían sido, pero las palabras claves eran Collar y Cuernos.
Mire mi cuello y allí pude ver el collar al que la guadaña había hecho referencia.. Luego lo miraría a detalle.
—Ustedes saldrán de aquí supongo, verdad?
Pregunté, sin saber como continuar ya que ellos estaban decaídos y yo quería salir de este lugar lo antes posible.. el ambiente había dejado de ser divertido.
—Sep. Llevaremos sus cuerpos... o sus restos, a sus familiares para que tengan un entierro. Tu?
—Tengo que continuar por un tiempo más.
—Okkeeyyy.. estem, soy Sevren. Un gusto.
—Eidan. Un gusto igualmente.
Luego de ese incomodo intercambio de palabras, los 3 nos dirigimos hacía el portal de salida.
La 2da sobreviviente del grupo de aventureros era una chica. Tez morena, ojos de un color avellana en conjunto con un cabello rojo fogozo.
Ella... Había estado llorando en un llanto ahogado mientras observaba el cuerpo de lo que parecía ser una chica.. sentí un uferte nudo en el pecho ante la deprimente vista que se me presentaba.
—Te deseo suerte, Eidan. Cuidate y.. gracias por acabar con aquella bestia.
Yo sólo asentí, dedicandoles unas pocas palabras de aliento y cruzando el portal...
Cuando me encontré del otro lado de la puerta, mis sentidos se vieron atrofiados inmediatamente.
No tenia idea de si seguía estando dentro de las cuevas de reliquias, pero de todas formas, esto era algo desalmado.
Decenas de cadaveres se encontraban desparramados por todo el campo de batalla, o bueno, no sabría a ciencia cierta si esto podía ser considerado una batalla, ya que todos los cuerpos parecían pertenecer a un único bando por sus armaduras.
Inmediatamente, una tanda de gritos de auxilio llamo mi atención y, movido más por instinto que otra cosa, me dirigí hacía el origen de estos como un rayo.
Un destello blanco paso volando justo por delante de mis ojos y, al momento de impactar, en contra de la dura roca que conformaba esta caverna, una estaca negra metalica nació desde su espalda hacía fuera, atravesando su esternon en medio del proceso.
Gire mis ojos rapidamente hacía la otra orilla, desde donde su cuerpo había comenzado su trayectoria.
Allí vi a lo que cualquiera podría describir como un demonio nacido desde las pesadillas de un niño.
Escualido, hasta incluso desnutrido, con una altura de mas de 2 metros a simple vista, dedos largos que terminaban en unas atemorizantes uñas que serían comparadas con guillotinas cada una, una dentuda y sadica sonrisa que denotaba el disfrute que sentía por la situación actual y, acompañando sus ojos rojos inyectados en sangre, un par de enormes cuernos que sobresalian salvajemente desde su frente a través de su alborotado cabello.
Sí, un demonio sacado de las pesadillas de un infante.
—AYUDAAAA
—POR FAVOR ALGUIEN AYUDENOOSS
—PIEDAAAAAAAADDDDD
—DETENTEEE
—AYUDAAA
—POR FAVOR NO
—POR QUEEEE
—TEN PIEDAAAAD
—LANZA ALEAAAAAAAA
Esos y más gritos eran los anuncios de una muerte llevada a cabo por aquellas guillotinas de manera frivola y sadica..
Inmediatamente metí manos en el asunto. Mi moral de antiguo lider simplemente no me dejaba correr despavorido ante esta matanza, aunque cada parte de mi temereso ser desease escapar. Mis piernas, tambaleantes como si un gran peso se postrara sobre ellas eran una clara representación de esto.
Al mismo tiempo que comenzaba una carrera hacía el demonio, en mi mano se materializaba una espada de mana puro que oscile deliberadamente hacía la garganta del mismo.
Este la esquivo con demasiada facilidad, tanta que hasta resulto molesto.
Justo debajo de mí emergio un gran pincho que no habría podido esquivar de no ser por mis sentidos mejorados debido a todo el mana de refuerzo en el que había bañado a mi cuerpo.
Nuevamente retome mi estampida al ataque, notando la clara diferencia entre los demas combatientes y yo, era claro que debería tomar el liderazgo en el embate.
Imbuí a los soldados que se encontraban obstruyendo mi camino con viento y, con violencia y desespero, los movi de mi camino. Esto salvo a la gran mayoria de ser empalados, o desmembrados en el peor de los casos, por las estacas metalicas.
Ocile la espada nuevamente pero con más control que la vez anterior, lanzando un tajo mas certero que rozo la mejilla del demonio.
—Oh?
La batalla parecío detenerse de un momento a otro cuando el demonio paso su mano por su mejilla, notando la pequeña herida chorreante que le había causasdo.
Esperaba cualquier cosa, menos aquellas palabras: —Vayaa.. eres el primero que logra dañarme hasta el momento! Te merces un trato más especial que el resto de estos debiluchos, no?— luego, un mar de espinas nació desde detras de cada soldado, empalandolos al instante..
Cada uno de ellos, ni siquiera hubo un misero instante para gritar de dolor. No, todos fueron engüllidos por el frío manto de la muerte en menos de un parpadeo...
Fue aterrador. Cómo era posible que tuviera un control de estas espinas a tal nivel de poder conjurar decenas y decenas y no despegar aquella sonrisa violenta y sadica de su puto rostro?!
—Comenzamos, pequeño copo de nieve?
¡¿Cómo podía tener un control tan masivo del campo de batalla?!