"Ven hermano mayor, te los presento" – Luego de reencontrarse, Bai Guoer estaba muy animada, por lo cual a los ojos de sus amigos era muy extraña que ella actuara de esa forma. Pero sabían lo entusiasta que era, por lo cual solo sonrieron.
"Ella es Misa y Anasu, nos conocimos mientras completaba una misión, ambas son también mis hermanas mayores, y por lo que son muy bonitas muchos la tienen en su vista, así que no te ilusiones hermano mayor" – Bai Guoer se acercó a sus dos amigas, ambas parecían que llegan a los 17 años, eran altas con un buen busto, un rostro agraciado y con ropa un poco apretada, no dejaban mucho a la imaginación.
"Mucho gusto"- Misa tenia el pelo dorado, su apariencia hogareña y una sonrisa exquisita la hacia la poseedora de muchas miradas.
"Llámame Ana" – Ana tenia la mirada fría, solo alzo la mano y dijo unas pocas palabras.
Después de que ambas chicas se presentaran, Bai Guoer no le dio tiempo de presentarse, cuando fue jalado para mostrar a sus otros amigos.
"Ellos dos son Carlos y San Simón" – Siguiendo con Bai Guoer, también les presento a los dos jóvenes el mayor Zan Simon tenía 18 años, estaba vestido con un traje formal, mientras que el otro simplemente ponía una sonrisa despreocupada.
"Que tal"
"Puede decirme Hermano Simón"
San Simón se inclinó un poco hacia Adrián, incluso incitándolo a llamarlo hermano. Adrián sabía muy bien que esta era la persona, que lo había visto mal hace unos segundos.
Parece que cuando Bai Guoer lo nombro como hermano mayor, se había calmado.
Adrián solo suspiro, no entendía muy bien que sucedía. Solo una vez que todos fueron presentados, Adrián tuvo tiempo de respirar.
"Mi nombre es Adrián, gracias por cuidar de mi hermana menor" – Hablo Adrián, realmente debía ponerse al corriente, por lo que podía notar Bai Guoer había progresado en su cultivo satisfactoriamente.
Además de que la notaba diferente, incluso podía sentir que era un poco mas fuerte, si se hubiera enfrentado en la Ciudad antigua en el mismo nivel de cultivo sentía que no podía derrotarla, aunque ahora era diferente. Después de todo su cultivo no había avanzado mucho, pero había mejorado estrepitosamente en otros aspectos.
"¡Vamos hermano mayor, déjame indicarte un poco la ciudad!" – Dijo animadamente Bai Guoer, parecía que estaba muy emocionada, actuaba un poco diferente, aunque Adrián supuso que fue porque se estaba acostumbrando a la vida dentro de la Santa Iglesia.
Bai Guoer agarro la mano de Adrián y lo empezó a jalar, llevándolo entre decenas de edificios.
Algunos eran hoteles otros eran casas de algunos cultivadores, algunas casas gigantescas pertenecían a asociaciones de cultivadores que se unían para realizar misiones juntos.
Había casa de apuestas, burdeles, restaurantes, todo tipo de tiendas las cuales siempre tenían objetos para vender, algunos de estas casas estaban marcados con un letrero con letras de Oro.
"Esos letreros con oro demuestran que pertenece a un cultivador del establecimiento de la fundación" – Explico Bai Guoer, no era muy común encontrarse con ese tipo de letreros, después de haber pasado por cientos de casas, solo había visto cinco.
Luego estaban las asociaciones, eran unas pagodas con más de cincuenta pisos, prácticamente muchos levantaban la mirada al cielo para verlas y había solo diez en la ciudad.
"Existen Diez tipos de asociaciones dentro de esta ciudad, cada uno es regido por un cultivador Base de cada iglesia, nuestra quinta iglesia tiene su asociación en el sur, siempre que haya misiones interesantes se nos informara a nuestra ficha de discípulo" – Explico Zan Simón, parecía que tenía muchas ganas de unirse a la conversación que tenían Bai Guoer y Adrián, las dos chicas se rieron, mientras que su amigo simplemente negó con la cabeza.
"Ya veo" – Dijo Adrián, mientras miraba la ficha en su mano, era la que le había dado el Maestro Sonu.
Según lo que le habían explicado, todo en la Santa Iglesia se podía reclamar en base a los puntos obtenidos.
Incluso se podían vender y negociar objetos, píldoras, y otros materiales para el cultivo.
Había muchas formas de conseguir puntos, algunos podían ser obtenidas dentro de las Asociaciones, otras estaban en la misma ficha que se podía examinar con el sentido divino, ahí se podía encontrar decenas o miles de misiones, llegando desde las diferentes Iglesias.
Aunque no siempre era de esa forma, algunas misiones no dependían de la fuerza, otras necesitaban del ingenio y el aprendizaje, como las misiones de la primera iglesia, que daban puntos por conseguir plantas raras, o cultivarlas, muchas elegían este tipo de misión ya que eran las más sencillas y con menos peligros para la vida.
Luego estaban las misiones especiales.
Cuando Bai Guoer hablo sobre esas misiones, ella señalo a las estatuas.
"Existen en total 1000 estatuas, y lo más sorprendente es que en cada estatua hay un mundo diferente" – Dijo Bai Guoer, incluso ella que había pasado un año en este lugar no podía creer lo que había visto.
"¿Un mundo diferente? ¿A qué te refieres?" – Pregunto Adrián un poco intrigado.
"Esas 1000 estatuas fueron creados por el Soberano de nuestra Iglesia, se dice que sello a mil expertos y los refino para volverse protectores del Dao, las misiones especiales siempre aparecen en nuestras fichas, cuando escoges una podrás adentrarte a un mundo totalmente desconocido, generalmente la gente de estos mundos no sabe nada sobre los cultivadores, son simples mortales, pero saben cómo convocarnos, ¡No te parece genial!" – Hablo con gran entusiasmo Bai Guoer incluso parecía que le salían brillitos por los ojos, parecía que esas estatuas le habían llamado mucho la atención.
Adrián asintió sin duda era algo de tener en cuenta, cuando veía a esas estatuas podía sentir un gran poder saliendo de cada una de ellas, pero algo las detenía, era un sello impuesto que no les permitía moverse.