"¡Nada, porque no hay nada!" – Dijo Aeger, mientras escaneaba todo el lugar, cualquier cosa que hubiera, parecía que ya había sido tomado.
"¡Hermana debemos irnos!" – Comento Jazmín mientras la niebla estaba a unos metros de llegar hacia ellas.
Se podía sentir una furia indescriptible a la vez que una sed de matar inexplicable.
Aeger también estaba furiosa, había sacrificado muchos buenos tesoros para venir a este lugar, solo para no encontrar nada.
Dio un fuerte golpe hacia la pared que tenia al lado, mientras reorganizaba sus pensamientos.
"Ese chico debe saber algo" – Se dijo así mismo Aeger, mientras lanzaba otro tesoro para detener a la niebla.
Aeger y Jazmín empezaron a salir mientras el tesoro detenía a la niebla.
Se movieron a toda velocidad, las manos hechas de niebla apenas era un problema, pero el calor que había en ese lugar, era insoportable, por suerte sus ropas también estaban hechas de materiales especiales, por lo cual salieron ilesas.
Si cualquier otro cultivador sin tesoros hubiera entrado, incluso uno muy poderoso hubiera muerto. Se podía notar que ambas hermanas tenían mucho dinero para gastar.
Cuando salieron, ambas comieron bastantes píldoras para recuperarse, el cansancio y su Qi se había debilitado bastante. La niebla estaba enfurecida, no le tomo mucho tiempo romper el tesoro de las dos hermanas.
Mientras su rugido nuevamente se elevaba al cielo, y otra palma gigantesca empezó a formarse.
"¡Debemos irnos rápido!" – Dijo Aeger, podía sentir que esto era sumamente peligroso.
El aura que se reunía en la palma podía hacerlas temblar. La niebla no iba a permitir que se escaparan, esta palma era incluso mas poderosa que la anterior.
Toda su niebla principal se reunió haciendo temblar esta vez toda la ciudad.
Ante tal temblor Adrián quien estaba estudiando, finalmente dio un paso hacia afuera. Sabia que la niebla había llegado a su límite.
Las dos hermanas miraron horrorizadas tal palma, era tan gigantesca, que parecía cubrir todo el cielo.
"¿Debemos usar el tesoro del maestro?" – Dijo Aeger a Jazmín, esto no podía esquivarse fácilmente, incluso si escapaban, tendrían graves lesiones, y si alguna bestia los encontraba, serian fácilmente devoradas.
Jazmín era quien tenia en su anillo el tesoro que su maestro se les había otorgado, era uno muy poderoso, pero si lo usaban, tardaría mucho tiempo en volver a su estado original, pero a la vez era una carta de triunfo que no querían usar, tenían que guardarlo para otro momento.
"¡No, aún hay otra opción!"
"¡Estas loca, no hay nada más que pueda salvarnos de ese ataque!"
Si Aeguer hubiera tenido el tesoro lo hubiera usado para salir rápido de este problema, pero Jazmín no quería hacerlo, ella aun recordaba las palabras de Adrián, Jazmín era capaz de apostar o ver otra forma para escapar en vez de usar tesoros desesperadamente, quizás era esto por lo cual el Maestro Sonu le había dado tal tesoro.
Aeguer quería usar su autoridad para forzarla a usar el tesoro del maestro Sonu, pero de pronto la fuerza de la palma empezó a descender abruptamente, la presión resultante las debilito severamente. Provocando que ambas votaran una bocanada de sangre al suelo.
Jazmin también dudo un momento, pero decidió arriesgarse.
"¡Pagaremos por nuestra vida!" – Ella grito desesperadamente. Mientras Aeger pensó que su hermana había enloquecida.
Pero en ese momento, una voz tranquila hablo.
"Bien" – En ese momento un estruendo resonó desde el pabellón.
Adrián miro la gran palma, uno de sus dedos incluso estaba a punto de aplastarlo.
Pero, un brillo morado apareció en sus ojos, mientras toda su aura se manifestaba.
Adrián alzo su mano hacia el cielo, apuntando hacia la palma de niebla.
"¡Verdad absoluta!" – De pronto como si el mundo fuera detenido.
Una marca de fuego envolvió a la palma, la palabra "verdad" volvió a aparecer, y la niebla grito, pero esta vez de miedo. El cielo se lleno de un fuego celestial, y las dos chicas fueron empujadas hacia atrás con violencia mientras se tapaban los ojos por tal terrible brillo.
La niebla intento nuevamente separar todo su cuerpo principal, se había olvidado por completo, ya que había estado sumido en el odio hacia las dos chicas.
Pronto el aura de la niebla se retiro tan rápido como pudo, escapando, y con un temor que podía invadirlo por decenas de años.
Adrián escupió sangre al suelo, mientras comía bastantes píldoras en sucesión. Su cuerpo se marchito, pero con las píldoras pudo recuperarse previamente.
Antes de que la palabra "Verdad" formara un cuerpo con la niebla.
Adrián ordeno a su niebla que se ocupara.
De pronto en el cielo una niebla espesa cubrió toda la palma con la palabra verdad, haciendo que nadie pueda verlo. Adrián sabia que la propiedad de la niebla, era extraña, por lo cual confiaba plenamente en que nadie notaria nada.
No quería usar tal técnica en frente de forasteros, pero viendo que podía ganar doble, tuvo que arriesgarse. En los dos años, había aprendido mucho sobre la máscara, recordando las palabras que el ser antiguo le dijo, a la vez que siempre intentaba copiar al Diablo Celestial del sueño que tuvo.
Ese sueño lo había repetido una y otra vez en su cabeza, que tanto como la postura y su frase se le habían quedado grabado.
Ahora por fin podía volver a repetirlo. Aunque su cuerpo era mas fuerte, sintió como si sus órganos fuera a desgarrarse, sabia que debía tener cuidado, y cuáles eran sus límites.
La palma de niebla no era todo el ser de la niebla purpura, solo una parte de él, como un ataque, si Adrián intentaba tomar al verdadero ser de la niebla purpura, entonces, estaba seguro que explotaría por la diferencia de poder.
Aun así, esto también fue peligroso.
Las hermanas cayeron al inicio de la montaña, no pudieron ver nada de lo que sucedió, solo pudieron escuchar la voz de aquel chico, y luego todo desapareció.
"Estas bien Jazmín" – Dijo Aeger, el golpe que recibieron era suficiente para matar a un mortal, pero ellas estaban a un paso del siguiente Reino.
"Si, pero ¿Qué fue eso?" – Se pregunto Jazmín, nunca habían visto que una técnica provocara que el cielo se quemara.
Luego la palma monstruosa desapareció y la niebla escapo, esto ya era demasiado sorprendente.
Podían calcular que la fuerza de esa palma ya estaba en el Reino de la Fundación Establecida. Pero, aun así, Adrián logro destruirla.
Aeger ya no quiso quedarse en este lugar, era muy peligroso, a la vez que era mejor marcharse.
"Vámonos" – Dijo Aeger, mientras se levantaba, no estaba de humor, pero a la vez era precavida, pensaba mucho en lo que hubiera pasado, si hubiera atacado a Adrián en ese momento.
Aeger y Jazmín caminaron de vuelta hacia la salida de la secta del Señor píldora.
Cuando llegaron ambas se detuvieron, y miraron al Joven Adrián, quien les esperaba.
"Son dos mil monedas por las dos" – Fue lo único que dijo Adrián, mientras esperaba su pago, a la vez que preparaba cualquier señal para Bai Guoer.
Aeger realmente estaba molesta, y casi reacia a entregar esa cantidad de dinero, aunque tenían suficiente.
Pero en ese momento Jazmín tomo la iniciativa, y saco de su anillo dos bolsas.
"Muchas gracias por salvarnos" – Dijo Jazmín mientras entregaba las bolsas.
Adrián solo asintió mientras se alejaba, estaba en un punto critico de su estudio, por lo cual tenia que volver lo mas que pueda al pabellón.
Sin embargo, Aeger estaba un poco reacio a dejarlo ir, quería moverse para detenerlo, y preguntarle sobre los tesoros de la cueva.
Pero Jazmín le detuvo, y negó con la cabeza. Aeger asintió, y ambas empezaron a marcharse de este lugar.