Trataré de comunicar esto hacia ustedes de la única forma que sé escribirlo, que es la única forma en la que les gustaría oírlo, o leerlo. Recuerdo que comenzó con las mismas palabras de siempre
S: "Se supone que aquí había estrellas, todo el universo era capaz de verlas…"
A: "¿De verdad crees esas historias?"
S: "¿Sino porque todo es tan grande? simplemente no está bien que haya tanto vacío"
A: "No lo sé, nunca me detuve a pensarlo. Puede que tengas razón"
Aira y yo siempre discutimos el mismo tema antes de cada despliegue, viajar miles de kilómetros en segundos, alcanzar la velocidad subluz y aun así sin cubrir gran distancia entre nuestro galeón y el planeta al otro lado del anillo. Cada que las luces rojas se encienden y las alarmas sonaban Sabíamos que hay que hacer, cuales son nuestros puestos, nuestra tarea… pero aun sabiendo eso es imposible no sentirse ansioso.
El espacio reducido de la cámara de lanzamiento, el crujir de los cañones, la explosion seguida del silencio del vacío, es nuestro ritual, con esto da comienzo nuestra cacería.
3er escuadrón Valquiria de la flota Red de la Legión, quedamos solamente 7 mujeres, todas estamos dispuestas a morir en el frío espacio, no teníamos a donde volver. Conocí a Aira junto al resto del escuadrón, era la primera vez para muchas de nosotras que veíamos uniformes de los Cuervos y así de rápido cargamos su insignia en nuestro pecho y su bandera en nuestras alas.
A: "Estos bastardos ni se molestaron en esconderse, ¿No saben que nos dirigimos hacia sus culos?"
S: "Intentarán quemarnos con los motores o hacer que nos estrellemos con la popa de la nave"
P: "Entonces apunten a centro de los motores, así nos aseguramos que se mantendrán quietos"
A: "La armadura no resistirá la explosion"
P: "Cuento con eso, dos pájaros de un tiro"
No puedo decir la velocidad exacta a la que nos movíamos, los asteroides del cinturón eran apenas una delgadas líneas en mi visión periférica y el planeta se agranda en mi visor lentamente, el destello de luz que estaba a millones de kilómetros era lo único que no se movía para mi, no hubo ni un solo disparo, sin misiles tampoco, extrañamente esos 2 minutos fueron más rápidos de lo habitual y a la vez tan extraños. La nave ya era reconocible a simple vista, desenfunde mi espada, y me prepare para impactar la nave por detrás.
Vi la explosion en el fuselaje unos segundos antes de atravesarlo. Pauline cumplió una parte de su cometido, pero seguía con vida. Mis alas se replegaron tan pronto me puse de pie y la armadura me baño en refrigerante para no quemarse. Una vez lista comenzamos la siguiente parte de la misión: Llegar al puente y obligarlos a detener al resto de la flota ilegal.
La nave no estaba en buen estado, había partes por doquier y las luces apenas se mantenían encendidas, pero no había ni una señal de la tripulación a pesar del escándalo que hicimos al entrar, era obvio entonces había sido abandonada.
A: "Stella, ¿Me recibes? creo que estamos en una trampa"
S: "Eso parece, los cabrones no están por ninguna parte"
P: "No es ninguna trampa, vuelvan a la sala de máquinas"
A: "¿Encontraste algo?"
P: "A alguien"
El resto de las valquirias tampoco encontró a nadie en las otras dos naves, solo había un tripulante confundido por todo el asunto. Piel dura y pálida, colmillos enormes y gran musculatura, era un Miliciano, de unos 130 años aproximadamente, se veía joven.
Intentamos calmarlo pero parecía muy asustado, pensé que quizá tendría algún trauma. Solo balbuceaba al principio, después divagaba sobre unas criaturas mitad máquina mitad bestia.
M: "Llegaron detrás de aquella mancha de sangre y aceite, t-todos ellos… se los comieron a todos, se llevaron sus cerebros, nadie fue capaz… nos tenían de rodillas"
P: "¿Quienes? ¿Los Sabuesos? ¿Los Xucons? dame algún nombre"
A: "¿Cómo dijeron que se llamaban? ¿Te lo dijeron?"
M: "La… la secta. Mencionaron algo de una secta. Pero no hablan ningún idioma que reconozca, ellos me impregnaron esa palabra, se metieron en mi cabeza"
S: "¿Se metieron…? ¿Como?"
M: "Ellos ya saben como llegar… hurgaron dentro de mi… yo… no lo recuerdo, ¿porque se estas cosas?"
A: "Perdemos el tiempo, hay que sacarlo de aquí e interrogarlo una vez este…"
¿?: "AIRA, NO ME MATES, NO…"
El destello dejo mi vista en blanco, el impacto, o explosion, se encargó de dejarme inconsciente, por lo que me contaron mi cuerpo salió volando por la esclusa al momento del accidente, mi traje estaba justo en perfectas condiciones para mantenerse en una sola pieza, aunque me lleve varias fracturas y un puñado de huesos rotos. Pauline y Aira volaron en todas direcciones, sólo recuperaron varias masas de sangre, carne y vísceras, aún no pueden decir cual porcentaje es quien.
Pauline siempre nos contaba aquel poema de la Legión después de terminada un despliegue:
Permítenos ver al vacío, nos vigila a lo lejos siempre curioso.
Necesita un corazón frío, así controlara al rey furioso
Que en su trono anhela sacrificio.
Alejanos de la indiferencia y del orgullo.
Guíanos cual faro a través de la incertidumbre.
Cubrenos de sabiduría hasta el último poro
Que el sendero delante brille cual amanecer en la cumbre.
Carne, Metal, Mente, Caos.
¡Oh que gozo! ¡Oh qué gozo!.
Qué gozo cuando caiga la cruz sobre los eremitas pecaminosos.
Nunca le tome importancia a estas palabras, pensaba que solo era un mensaje romántico sobre nuestro trabajo, pero eso era cuando solo las escuchaba
Ahora soy yo, Stella, nueva líder del 3er escuadrón Valquiria de la flota Red de la Legión quien narra este poema, y ve en él un significado nuevo para la vida, no teman al mirar al vacío, teman cuando al mirarlo ya no lo reconozcan.
(Carta a las Valquirias de la Flota Legionaria Red)