—¡Rugido!
Una bestia herida sintió la presión que emanaba del Dragón Inferno. La fiera salvaje sintió imperativo rugir como si estuviera defendiendo su territorio.
El Dragón Inferno escuchó ese rugido de protesta —Enfurecido, el Dragón Inferno giró la cabeza hacia aquella bestia salvaje y la miró desde una altura. Entonces, el dragón bramó un rugido que resonó en toda la cueva.
—¡¡Rugido!!
—¡Las paredes temblaban y el suelo iba a partirse!
El viento agitado soplaba hacia atrás el pelaje de la bestia. Siendo el objetivo principal de ese rugido, entró en pánico y dio un paso atrás mientras temblaba.
El Dragón Inferno había fortalecido el rugido con el patrimonio del antiguo rey dragón y las habilidades de los Dragones de sangre púrpura.
El Dragón de Roca Partida estaba mucho más nervioso mientras se encontraba detrás del Dragón Inferno, aunque sabía que no eran enemigos. El miedo provenía de sus instintos primarios.
—¡Mátalas!