En la Tienda de Mascotas Pixie de Ciudad de Woffett, planeta Rea.
Tres personas emergieron de una esfera brillante y giratoria. No eran otros que los visitantes que habían regresado de la Divinidad Arcaica.
Tanto Joanna como Tang Ruyan estaban asombradas de ver lo que les rodeaba. Sabían que habían sido teleportadas directamente a la Divinidad Arcaica desde la tienda, pero aún era más sorprendente ser teleportadas de vuelta al mismo lugar. Dos mundos diferentes parecían estar de alguna manera conectados a la tienda de Su Ping.
—Si el ser aterrador que respalda a Su Ping pudiera echar una mano, mi deseo podría cumplirse fácilmente, ¿verdad? —Joanna pensó y sintió aún más asombro por esa entidad misteriosa. Pensaba que probablemente era un Dios Ancestral; uno realmente fuerte.
Esos seres ya estaban más allá de su imaginación; sus habilidades eran asombrosas.