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Las nubes detrás de las barreras se dispersaron y amplias escaleras aparecieron ante los ojos de todos.
Las escaleras parecían un puente que conectaba el cielo y la tierra; el extremo más cercano a ellos estaba en el jardín, pero el otro extremo estaba en un templo de la residencia divina a miles de kilómetros de distancia.
El mundo dentro de la residencia divina se asemejaba al vacío. Templos solitarios flotaban como islas. Eran misteriosos y glamurosos, con vagas formaciones estelares que aparecían de vez en cuando.
La residencia divina no era tan hermosa y agradable como todos habían esperado. En cambio, estaba inquietantemente tranquila, como si ya fuera un páramo.
—La residencia divina... ¡no está cerca de nosotros para nada!
—Debe ser el poder de una ley. No, puede ser el poder de un nivel más profundo, algo que no podemos comprender...
—¿Por qué siento el olor de la muerte? Mi ghoul está agitado. ¡Parece que algo se esconde aquí!
