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Había un vórtice ante los presentes, que parecía un agujero negro colapsado.
El vórtice tenía miles de metros de diámetro; dentro del vórtice había una antigua y magnífica residencia que se erguía vagamente. Un aire distante y sagrado se extendía desde el vórtice.
Los miembros de la Alianza de las Estrellas miraron alrededor y se comunicaron telepáticamente.
—Verdaderamente es una residencia divina. ¡Un dios debió haber vivido aquí hace eones! —comentó uno.
—Este edificio parece antiguo. Ciertamente fue construido en tiempos antiguos —observó otro.
—¿Ya están dentro de esta residencia divina los tres Ascendentes? —preguntó alguien más.
—Tanta gente ha sido atraída a este lugar... —murmuró otro.
La gente que ya se había reunido en esa ubicación notó la llegada de los nuevos integrantes de la Alianza de las Estrellas.
