Dentro del reino del Estado de Destino de la competencia
El Pequeño Esqueleto estaba escalando hasta la cima de la magnífica montaña en compañía del Dragón Infernal y el Sabueso Oscuro del Dragón.
La mayoría de las bestias se apartaban de su camino.
Algunas de las agresivas intentaban detenerlos, pero el Dragón Infernal las hacía caer de la montaña y les dejaba huesos rotos antes de que el Pequeño Esqueleto hiciera algo.
El Pequeño Esqueleto pronto llegó a la cima de la montaña.
Había saqueado tantas banderas que todas ellas flameaban detrás de su espalda como diez mil flechas listas para ser lanzadas.
Innumerables mascotas de batalla dentro del reino miraban hacia arriba, a la escena en la cima de la montaña.
Había tantas banderas allí, pero nadie se atrevía a reclamarlas.
Las tres bestias, dos altas y una baja, miraban hacia abajo a todas las demás criaturas.
—Todas las banderas han sido tomadas. ¿S-Serán ellos los únicos tres en clasificar? —preguntaba uno.