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—Tu madre era la que manejaba la tienda. La tienda la obtuviste de ella.
Su Yuanshan negó con la cabeza—. Era solo una pequeña tienda ordinaria cuando ella la dirigía. Pero ahora... mira todos los guerreros de mascotas de batalla titulados. No puedo siquiera contar cuántos han venido aquí.
Su Ping sonrió en silencio.
—Vi en las noticias que las bestias salvajes están atacando por todas partes y muchas ciudades base se están reubicando. ¿Has pensado también en mudarte? —preguntó Su Yuanshan.
Su Ping negó con la cabeza—. No me voy de Longjiang.
Su Yuanshan lo miró fijamente—. ¿Estás seguro? No es un pequeño ataque esta vez. Las bestias salvajes podrían ser aún más intimidantes que el Rey Celestial de Otro Mundo que conociste.
Su Ping estaba sorprendido—. ¿Cómo lo sabes?
—Lo vi en las noticias.
—Estos informes de noticias son muy detallados... —Su Ping no tenía palabras—. De todos modos, vamos a enfrentarnos a los golpes y veremos qué hacer cuando llegue el momento.
