—¡Grietas! —Los brazos de Su Ping temblaban. La fuerza desenfrenada era demasiado para él. No pudo asumir esa súbita explosión de fuerza, ¡incluso teniendo el primer nivel del Baluarte Solar!
—¡Bang! —Sus brazos se rompieron; su cabeza chocó contra la piedra debido a la inercia, dejándola agrietada y sangrante.
—¡Y sin embargo, la piedra había permanecido completamente inmóvil!
—¡Ni siquiera se movió una pulgada! —La piedra no cedería, no importaba cuán fuerte gritara Su Ping o cuánta fuerza ejerciera. La piedra era como un ojo de frialdad mirando hacia abajo a esa patética criatura.
—Es demasiado débil... —El anciano Cuervo Dorado a la derecha parpadeó. Podía decir que Su Ping todavía era demasiado débil para mover la piedra, incluso después de usar todas esas habilidades secretas y el poder astral de sus mascotas de batalla.
Diqiong observaba a Su Ping en silencio.
—Falló de nuevo... —Eso no era inesperado, pero de alguna manera, Diqiong no se sentía complacido.
