—¿Qué es ese Espacio de contrato? —Su Ping volvió en sí—. Bueno... son mis mascotas de batalla. Son algo así como mis sirvientes, pero son más como mis amigos en batalla. El Espacio de contrato es donde viven. El poder del contrato fue el que abrió ese espacio, no yo.
—¿Mascotas de batalla? ¿Sirvientes? —Diqiong aún estaba perplejo. Pero empezó a entender por qué Su Ping se quedaría con esas criaturas de aspecto extraño. Resulta que luchaban juntos en batallas.
—No es de extrañar que arriesgaran sus vidas por el otro siendo de especies diferentes.
—¿Qué es ese contrato? ¿Cómo es que tienes uno? —La curiosidad de Diqiong aún no estaba satisfecha.
—Su Ping de repente se dio cuenta de que el ave pomposa era algo inocente. No pudo evitar desarrollar ganas de... ¡engañarla para que se fuera con él! Pero abandonó esa idea tan pronto como recordó el rango del cuervo.
—¡Su mente explotaría si tuviera que firmar un contrato con el Cuervo Dorado!