—No lo sé, pero sugiero que seamos cautelosos —Yun Wanli eligió sus palabras con cuidado—. Abrió dos remolinos extra y dos reyes bestia salieron. Ambos reyes bestias tenían líneas de sangre del Estado de Océano y estaban en su mejor momento.
Uno de los dos reyes bestias era el Dragón de Roca Partida, una especie rara. Tal subespecie de dragón vivía bajo tierra donde se acumulaban gruesas capas de rocas; tener una defensa bastante fuerte era un rasgo distintivo.
El otro era un Escuchador de Viento Alado. Medía unos seis a siete metros de largo y se parecía a un insecto, con garras afiladas en el extremo de cada extremidad. Aunque de tamaño pequeño, poseía gran energía y podía moverse con agilidad.
Se decía que un Escuchador de Viento Alado podía alcanzar una velocidad que era veinte veces la velocidad del sonido; podía viajar más rápido que el mejor avión de combate de la época.
Otro rasgo era su capacidad auditiva, siendo capaz de captar ruidos a cien mil metros de distancia.