—Las personas restantes no pueden representar ninguna amenaza para ti. Te los dejaré a ti.
Tang Ruyan echó un vistazo a la distancia, donde se reunían los guerreros de mascotas de batalla de la familia Situ y la familia Wang. Algunos de ellos estaban luchando entre sí. Algunos intentaban huir. Nadie tenía ningún deseo de atacar a la familia Tang; solo sería cuestión de tiempo antes de que todos fueran derrotados.
—¡Cortaré los cabos sueltos! —declaró Tang Ruyan.
Tang Linzhan parecía confundido,
—¿Ahora?
—Es demasiado pronto. Entiendo que eres poderosa pero las dos familias aún tienen muchas fuerzas restantes. Estarán en guardia contra ti en sus bases de casa. Nos encargaremos de este lío aquí y luego lo discutiremos. ¿Te enviaré a alguien contigo, está bien? —Tang Linzhan trató de disuadir a Tang Ruyan.
—No. No tengo tiempo. Yo sola bastaré. —insistió Tang Ruyan.
Tang Linzhan todavía estaba sorprendido,
—¿No tienes tiempo? ¿Qué tienes que hacer?