—Joanna se sentó en un corral de enfermería en un costado, observando a ambos con curiosidad. Su Ping no ofreció una explicación.
—Levántate —Su Ping pateó a Tang Ruyan y canceló su contrato temporal.
—Pronto, Tang Ruyan volvió en sí. Abrió los ojos y miró a su alrededor, confundida—. ¿La tienda? Sentía que su cabeza pesaba.
—¿Qué me pasó? —Tang Ruyan se froto la cabeza y preguntó a Su Ping.
—Te emborrachaste.
—Joanna rodó los ojos—. ¿Podría inventar una mentira peor?
—Sin embargo, para mayor asombro de Joanna, Tang Ruyan no parecía dudar de eso. Simplemente dijo "Oh," aparentemente aceptando tal excusa.
—Qué... Joanna estaba atónita. Habían estado trabajando en la tienda durante bastante tiempo. ¿Cómo no se dio cuenta que la chica era tonta? ¿Cómo pudo creer esa excusa tan ridícula?