—El Sirviente Sangriento parecía sorprendido —comentó el narrador—. Nunca supo que otra criatura podría mostrarle colmillos. Mostrar los colmillos siempre era algo que el Sirviente Sangriento hacía.
—En este momento crítico —continuó—, el Sirviente Sangriento se retorcía violentamente. Cuchillas afiladas fueron disparadas hacia la boca y los ojos del Dragón de Escarcha Lunar.
—¡Pff!
—El Dragón de Escarcha Lunar movió su cabeza rápidamente hacia el Sirviente Sangriento —describió el narrador—. A pesar de todas las cuchillas afiladas que venían en su dirección, el Dragón de Escarcha Lunar intentó morder la cabeza del Sirviente Sangriento.
—Las escamas en la cara del Dragón de Escarcha Lunar fueron cortadas. La sangre rezumaba. Al mismo tiempo, el Dragón de Escarcha Lunar mordió la cabeza del Sirviente Sangriento aunque intentaba alejarse —narró.