—¡¡A rugir!!
Las dos mascotas de batalla de noveno rango que estaban cargando hacia adelante pudieron percibir el peligro contenido en el mar carmesí de fuego. Ambas mascotas comenzaron a gruñir con rabia desbocada. Con su maestro detrás de ellos, no tuvieron más opción que olvidarse de su propia seguridad y ¡Enfrentarse al desafío!
Una de las dos mascotas de rango noveno pertenecía a la familia del viento, mientras que la otra era parte de la familia demoníaca, que era experta en usar elementos oscuros. En este momento, ambas mascotas habían desatado sus habilidades simultáneamente.
—¡El viento estaba silbando!
El violento huracán barrió todo a su paso, convirtiéndose en una montaña sustancial en el aire, con la punta hacia abajo, atravesando todo el mar de fuego, tratando de desordenar y dispersar las llamas que manchaban el cielo.