O conseguir lo mejor, o conseguir lo que más deseaba. Esa siempre fue la elección de Su Ping.
—¿Sabes que cualquiera de los tres Corazones Dao te ayudará a volverte tan fuerte como los ancianos de mi clan? No son tan fuertes como yo, pero solo me siguen a mí —dijo el antepasado de los Cuervos Dorados.
Su Ping sacudió la cabeza. —Gracias, pero planeo seguir mi propio camino.
Al ver que Su Ping no mentía, el antepasado no insistió. —Ya que tienes tus propios planes, así será. El poder de mi sangre se está agotando; te llevaré a ver el mundo que experimenté con el poder restante. Si eres inteligente, podrías conseguir algo.
Desató una ráfaga infinita de luz mientras hablaba.
Los ojos de Su Ping quedaron instantáneamente cubiertos por la luz deslumbrante. La luz era lo único que podía ver.
