—¿Cómo lo hiciste…? —Diqiong estaba asombrada, e incluso pensó que era otra persona haciéndose pasar por Su Ping. El chico estaba creciendo casi tan rápido como ella.
—¿Estás vagando por la tierra otra vez? —Su Ping no pudo evitar sonreír. Ese pájaro le daba una fuerte sensación de familiaridad. Se habían encontrado por casualidad la última vez, y volvió a suceder; realmente era una coincidencia.
Diqiong frunció el ceño y resopló. —¿Qué quieres decir con vagar? ¡Estoy buscando comida! —dijo.
—Podrías decir también que estás vagando —comentó Su Ping.
—Tú, tú, tú… —Diqiong se exasperaba.
—Yo, yo, yo, he vuelto. Ha pasado mucho tiempo; pareces haber ganado mucho peso —dijo Su Ping con humor.