El Canino Piro vio la cara de Su Ping e inmediatamente intentó sumergirse de nuevo en el espacio de la mascota, aunque esta decisión ya no estaba en sus manos. Cuando Zhang Baoxing cerró la entrada, la criatura se zambulló en el suelo en su lugar.
Zhang Baoxing se ruborizó un poco al ver la incómoda reacción de su mascota —se preguntaba por qué el perro siempre se comportaba de manera extraña en la tienda.
Su Ping vio al Canino Piro mostrándole una mirada suplicante; respondió con "rendirse" usando contacto visual. Consiguió el dinero, así que tenía que hacer el trabajo.
—Ya sabes a dónde ir ahora, ¿verdad? Adelante —ordenó usando conexión espiritual.
El Canino Piro miró de reojo a su dueño con ojos llorosos y caminó lentamente hacia la parte trasera de la tienda, con la cabeza baja.
Zhang Baoxing vio cómo su mascota estaba excesivamente "agradecida" y no pudo evitar admirar el buen servicio que Su Ping brindaba.
—Siguiente.
