Con una resolución rápida, Su Ping habló con Joanna y los demás. —Dejaré la tienda en sus manos por ahora. Necesito hacer una visita al Reino de las Deidades.
El Demonio Oscuro y la mujer del caldero se quedaron atónitos. Esta última preguntó sorprendida, —¿No decían que el Reino de las Deidades fue destruido y las deidades desaparecieron? ¿Todavía existe?
—¿No estamos ya viviendo en otra era? —El Demonio Oscuro miró a Su Ping con confusión e incredulidad.
—El Reino de las Deidades no fue destruido. Tal vez fue destruido en sus tiempos, pero ha sido reconstruido.
Su Ping recordó al Rey Deidad del Crepúsculo, quien usó su propio cuerpo para bloquear el agujero en el cielo. Ye Chen, en cambio, eligió esconderse en un intento de renacer en otra era y recuperar su gloria.
Los ojos de la Dama Verde brillaron, y ella miró fijamente a los dos artefactos vivientes.
—¿Alguna vez han oído hablar del Rey Deidad del Crepúsculo o del Emperador Deidad Luofu?