—¿Es este el estudio?
Su Ping estaba ligeramente aturdido. El antiguo pabellón había sido bien conservado; no se veía ni una mota de polvo. Parecía haber sido limpiado regularmente; todo estaba en orden. Libros y pergaminos flotaban en el aire, con el brillo de las leyes protegiéndolos de la descomposición.
Además, ¡Su Ping sentía que el flujo del tiempo se había ralentizado diez mil veces!
El paso de un siglo dentro del pabellón significaría diez mil años fuera.
—¡Pequeño Loto Dorado!
Mientras Su Ping observaba el lugar, todos los libros y pergaminos parecían haberse alarmado. Se giraron y se apresuraron a recibir a los recién llegados.
Al mismo tiempo, un libro negruzco descendía desde la parte superior del pabellón, cubierto de humo negro; se transformó en un anciano, que estaba mirando a Loto Dorado con una expresión de sorpresa.