—¡Nivel perfecto! —Brian entrecerró ligeramente los ojos al ver el ataque de Su Ping—. ¡Era la ley perfecta del caos!
Además, el ataque era extremadamente poderoso; raramente había visto una técnica de espada tan agresiva. ¡La intención asesina imbuida en el ataque era suficiente para hacer temblar a los orgullosos dragones!
Sin embargo, ¡él no iba a retroceder!
Tras un estruendo, los ojos de Brian brillaron deslumbrantemente cuando activó su constitución. Otra aura inigualable se elevaba al cielo, forzando a quienes le rodeaban a retroceder.
Era como un sol, estallando y desatando un brillo infinito.
Su estilo de combate era especialmente de lucha frontal.
Una lanza dorada apareció en su mano. La luz brotaba de la lanza, casi congelando el flujo del tiempo; solo Su Ping y sus armas permanecían afectadas.
—¡Destrucción! —Brian rugió y atacó con su espada de la manera más espléndida.