—¡Es este chico de nuevo! —pensó la criatura mientras su cara de perro se retorcía de desesperación.
—¡Guau! ¡Guauf! ¡Ahuuuu!
Zhang Baoxing quedó atónito ante la inusual reacción de su mascota. Se preguntó si el Canino piro estaba demasiado emocionado por la sesión de entrenamiento.
—Hombre. Incluso se volvió más inteligente. ¡Debo venir aquí más a menudo!
—¡Siéntate! —Zhang Baoxing intentó calmar al animal alterado—. Pronto será tu turno.
El perro respondió erizando su pelo. Zhang Baoxing se mostró avergonzado por la escena que protagonizó su mascota. Fue Su Ping quien ayudó a «calmar» al perro al mirarlo fijamente.
*Gemido*
El Canino piro tembló incontrolablemente al recordar cómo era imposible escapar de este diablo humano. Luego puso su cabeza en el suelo y cubrió sus ojos con sus dos patas delanteras.
—Siguiente —Su Ping miró la cola de nuevo.