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—Soy un dios de rango medio, ¿y qué? —Joanna no estaba enfurecida debido a la burla de Eborr. En cambio, su rostro resplandecía con orgullo y confianza—. Alguien me demostró que incluso los dioses de alto rango no son dignos de mención. ¡Incluso los dioses de alto rango pueden ser aniquilados si eres lo suficientemente fuerte!
—Es cierto que nací en una familia de dioses de rango medio, ¡pero no me quejaré!
—Si mi familia no puede darme la línea de sangre más poderosa, ¡la crearé con mis propias manos! —Joanna levantó la cabeza; su voz resonó en el Templo Supremo. Miró alrededor desafiante. No había ni el más mínimo indicio de miedo en su rostro, aunque se enfrentaba a tres Dioses Superiores—. La diosa de la guerra que una vez luchó en todo el Entierro del Semidiós había revelado completamente su aura; ¡no se acobardó ante esos poderosos!
