—Su Ping había combinado múltiples leyes en el campo de batalla virtual, para hacer que sus ataques llevaran múltiples características y se volvieran mucho más destructivos —murmuró alguien—. Sin embargo, esas leyes aparentemente no eran tan compatibles como las leyes en el mismo camino.
—Una criatura gigantesca rugió y salió del espacio profundo mientras el simio de ocho brazos seguía tirando —continuó la narración—. Lo que el primate tiraba era solo una pequeña cabeza, o más bien, un tentáculo. El cuerpo original de la criatura era como una tortuga cubierta por un caparazón grueso; había tentáculos gruesos y una cabeza puntiaguda al frente.
—La bestia era masiva, de mil metros de largo. Parecía un portaaviones interestelar —se describió con asombro.
—¡Rugido! —exclamó la bestia.