—Para alguien que una vez estuvo entre los diez mejores asesinos del pasado, ¿es este el plan que has ideado? —el chico se giró lentamente, emitiendo un aura fría y peligrosa, como si fuera una víbora observando a las otras seis personas en la cabina. Su rostro era bastante ordinario, mientras que sus ojos plateados reflejaban la frialdad de cuchillas afiladas.
—Señor —las otras seis personas en la cabina cambiaron su expresión. El joven que jugaba con su mascota la mantuvo quieta, y la mujer hermosa que estaba apoyada en la silla también se sentó recta gradualmente.