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Noah había tenido muchas aventuras durante su vida, y rara vez se quedaba quieto. Tener un lugar seguro para cultivar había sido una prioridad en su juventud, pero la búsqueda de incentivos la había reemplazado una vez que su nivel empezó a depender de su individualidad.
Experimentar nuevas luchas era la forma más rápida de mejorar, y Noah siempre había querido crecer lo más rápido posible.
Sin embargo, el mundo no tenía más secretos. Noah había explorado la totalidad de la superficie, sus profundidades y su núcleo. Solo le quedaba parte del mar antes de poder afirmar que conocía cada pulgada de esas Tierras Mortales.
Noah sabía que el túnel dimensional conducía a un mundo diferente que podría llevar a otro núcleo, pero algo le decía que las leyes crudas no serían tan efectivas como antes.
Su nivel de cultivo coincidía ahora con el estado de su individualidad. Un simple aumento de su tamaño requeriría algún tiempo para consolidarse en su existencia.