Un escalofrío recorrió la espina de los Reales cuando vieron las lanzas cortadas por la mitad. Esos ataques perdieron su poder y desaparecieron en una nube de energía dorada.
El Tercer Príncipe y la Segunda Princesa recordaban muy bien el poder de Noah. Habían sido testigos de su determinación cuando conquistó la ciudad del Mercado Divino, y habían oído hablar de sus hazañas durante la batalla contra el Rey Elbas.
Noah era un monstruo, pero tenía una debilidad fatal: ¡Era demasiado joven! Su poder de batalla anterior ya era milagroso para alguien de su nivel.
Sin embargo, su poder actual parecía no tener límites. Los Reales vieron cómo Noah ni siquiera necesitaba moverse para repeler los ataques de su formación defensiva.
Los quinientos años pasados dentro de la dimensión separada le habían dado lo que siempre había carecido debido a su rápido crecimiento. Ahora había pulido su poder para hacer que expresara su verdadero potencial.