«Su cuerpo es solo un canal para su habilidad innata», pensó Noah mientras la Espada demoníaca volaba de regreso a su mano.
En general, su cuerpo había superado desde hace tiempo los estándares de bestias mágicas e híbridos. Su fuerza física era muy superior a la de esas criaturas, y le permitía enfrentar a seres más fuertes a veces.
Los Demonios de la Niebla tenían un cuerpo débil, pero concentraban todo su poder en su habilidad innata. Dado que el oponente de Noah estaba en la categoría media, su fuerza física y cortes casuales no lograban erradicar su armadura nebulosa.
«Debería tomarme esto un poco más en serio», concluyó Noah, y una serie de runas en forma de sable salieron de su palma antes de rodear su figura.
Noah sabía que la forma más rápida de lidiar con la criatura era invocar el mundo oscuro y confiar en su corte más fuerte. Aún así, tenía otras habilidades que no había probado en una batalla adecuada todavía.
