—¡Les aconsejo que retrocedan! —transmitió el Primer Príncipe mientras él y su hermana desplegaban sus artículos inscritos. Un halo dorado los rodeaba mientras armaduras, escudos y espadas largas aparecían junto a ellos.
—Ya es demasiado tarde para eso —dijo el Segundo Príncipe mientras interrumpía su meditación para levantarse. Sus ojos severos analizaron a Noah y a los demás antes de que una amplia sonrisa apareciera en su cara.
Los expertos junto a Noah desplegaron sus métodos para defenderse contra la Forma Demoníaca, pero sus instintos les decían que no serían suficientes para bloquearla.
Aún así, no tenían tiempo para concentrarse en el hechizo de Noah. Su sorpresa tendría que esperar. Ahora solo quedaba su marcha desesperada.
El grupo había decidido atacar al Rey Elbas. Ninguno de ellos quería renunciar a su potencial, así que tenían que enfrentarse al Real si querían continuar en su camino.