—No hay "Aliento—pensó Noah después de dispersar sus protecciones.
El ambiente estaba yermo. La ausencia de materia lo hizo carente de cualquier cosa que Noah pudiera absorber para recargar sus centros de poder.
—El vacío es la ausencia de leyes —concluyó Noah—. Afortunadamente para él, el vacío en esa realidad separada no afectaba su mente, por lo que podía estudiarlo con completa seguridad.
Noah había visto el vacío muchas veces en su vida. Sus ataques siempre abrían grandes grietas en el tejido del mundo, por lo que esa oscuridad no era una vista inusual.
Tener la oportunidad de estudiarlo sin enfrentar sus peligros era una experiencia insustituible. Aún así, pronto entendió que el vacío no era especial sin sus capacidades amenazadoras.